La pandemia disparó la demanda de kinesiólogos en infectados y recuperados con Sars-Cov-2. Sólo en el Madariaga hay 25 pacientes en tratamiento respiratorio y muscular.
El caso de Claudio Konopka (48), encargado del cementerio de Puerto Iguazú, puso en el centro de la escena el rol de los kinesiólogos en la batalla contra la pandemia de Covid-19. El hombre está agradecido hasta las lágrimas con la kinesióloga Constanza Cavagnaro (29), a quien le pidió que lo deje morir. Ella desoyó ese comentario producto del dolor y la desesperación y luchó por él.
La historia se hizo viral. Y es una muestra más de la entrega constante del personal de salud para salvar vidas en un contexto impensado y que parece no tener fin. Los kinesiólogos son, en definitiva, claves en el tratamiento de los pacientes internados como en la rehabilitación post Covid.
El cuerpo es sabio. Aprende y desaprende conductas. Y para quienes hayan padecido Sars-Cov-2, sobre todo los que estuvieron en la Unidad de Terapia Intensiva (UTI), el proceso de aprendizaje es largo. La recuperación puede demorar entre seis meses y un año, dependiendo la secuela del paciente, aclara de antemano, en diálogo con Roberto Gisin, jefe del Servicio de Kinesiología y Rehabilitación del Hospital Escuela Doctor Ramón Madariaga.
“Los pacientes con Covid necesitan rehabilitación en algún punto, el tema es dependiendo el tiempo que estuvo en terapia, la afectación que tuvieron, es el trabajo posterior. Por ejemplo, una persona que estuvo un día en el respirador y dos días en clínica y, a lo mejor, se rehabilita solo en la casa. Una persona que estuvo 45 días con respirador, más otro tiempo internado en clínica, es alguien que va a venir con problemas respiratorios además de problemas musculares; entonces va a llevar, una rehabilitación de seis meses o un año y quizás aún así tenga algún tipo de secuela”, explicó Gisin, quien coordina un equipo de 40 kinesiólogos en el Madariaga, que debieron entrenarse para atender la nueva demanda, es decir, los infectados y recuperados de Covid-19.
“Nuestro hospital, a nivel país es un centro de referencia en rehabilitación respiratoria porque logramos que el equipo se adapte rápido a todas las áreas del proceso del Covid, desde el paciente que entra asintomático hasta el paciente en clínica médica hasta el que esta intubado y hay que contenerlo en UTI”, señaló.
“En este momento estamos atendiendo un grupo de pacientes que son post Covid, que estamos trabajando en consultorio. Son los que pueden hacer los ejercicios y trabajarlos. Algunos vienen con su tubo de oxígeno y que tratamos de que logre dejarlo, o pacientes que tienen cierta debilidad o con problemas respiratorios. Intentamos de que eso se revierta y no quede casi secuelas”, explicó y agregó que actualmente atienden a 25 recuperados de coronavirus, con las secuelas más graves. Si bien la franja etarea es amplia, en promedio tienen 40 años los que fueron dados de alta y necesitan asistencia kinésica.
Así como el Hospital Madariaga, el equipo del Samic de Oberá, con sus guardias activas desde hace unos meses, y el de Puerto Iguazú también ponen coraje y suman experiencia en la trinchera contra la pandemia.
Dejar de respirar, una sensación
“La gente no deja de respirar pero sí, aprender a respirar de nuevo está relacionado más con una sensación de las personas que pasaron por una situación compleja. Habitualmente es la sensación de los pacientes que estuvieron en terapia intensiva, con el uso de algún respirador por patología y secuela grave de la parte pulmonar y que por consiguiente le llevó a que afecte mucho su trabajo respiratorio”, indicó Gisin.
“También se le agrega que los pacientes que con un cuadro de Covid tiene miopatía que es la afectación de los músculos del cuerpo, y entre estos músculos se afecta también los que ayudan a la respiración. Pierden fuerza, se agotan más rápido, entonces el paciente tiene dos factores que le complican algo que es tan sencillo que es respirar: le afecta una parte los pulmones tiene menos capacidad de aire, que está más limitado, con un poco de líquido, quizás con alguna patología previa como asma o Epoc y aparte cuando necesita hacer un esfuerzo mayor para respirar con los músculos del tórax que son los músculos accesorios de la respiración, estos están débiles. Es como un pequeño círculo vicioso, le cuesta respirar, usa músculos que están cansados, los músculos se cansan más, le vuelve a costar respirar, y los músculos ya cansados se vuelven a cansar. Todo esto conlleva a una sensación bastante fea que lleva a la falta de aire”, desarrolló el jefe de rehabilitación.
“Hay que tener en cuenta algunas cuestiones para que la persona vuelva a su vida lo más normal posible. El manejo de la parte respiratoria, que las secuelas se vuelvan cada vez más leves y por otro lado darle ejercicio para los músculos del tórax que hagan que vuelva a tener fuerza para empujar el aire cuando sea necesario. Lo otro es que esto conlleva a un trabajo más global porque al sentirse con falta de aire, que a veces puede ser sólo una sensación, está la ansiedad. Entonces hay que trabajar esa cuestión. Hay que tratar de que la persona esté tranquila, intente sentarse, relajarse y liberar un poco la mente y eso ayuda a que comience a sentirse mejor”, comentó.
Manejo del paciente en UTI
“El tratamiento en pacientes con Covid va por dos partes, por un lado el equipo de rehabilitación actúa en el primer momento dependiendo de la gravedad, en la internación clínica o en la terapia intensiva; estando en terapia el paciente está más limitado porque no puede responder. Si el paciente esta en clínica o es ambulatorio, ahí sí el kinesiólogo orienta y ayuda pero los ejercicios los hace el mismo paciente, quien participa más activamente de su tratamiento”, subrayó.
Consultado sobre el manejo de un paciente en UTI, Gisin respondió: “En terapia son dos manejos distintos, uno es la parte respiratoria, tanto del aparato del respirador, acondicionar los parámetros para que el pacientes pueda respirar; como de los posicionamientos, el cambio de posición para que el paciente que está boca abajo mejore su respiración; y en paralelo se trabaja la parte física realizándole movilizaciones, cuidando articulaciones y músculos, para que no se empiece a endurecer”.
Ansiedad, un muro en la recuperación
Roberto Gisin, jefe del Servicio de Kinesiología y Rehabilitación del Hospital Escuela Dr. Ramón Madariaga hizo especial hincapié en cómo la ansiedad representa un muro en la recuperación.
“Trabajamos en equipo con el área de Psicología, porque la ansiedad influye mucho. No sólo pasa con el Covid, sino con un ACV o un traumatismo de cráneo. Hablamos de un paciente agudo en rehabilitación tiene un proceso de seis meses. Se hace largo y genera ansiedad.
Esta misma ansiedad es la que lleva que a veces, algunos se apuran. Y en cuanto se apuraron vuelven porque se agitaron más porque les dolió todo el cuerpo, porque necesitaron oxígeno. Entonces se dan cuenta lo importante que es bajar la ansiedad y respetar los tiempos que uno le va imponiendo”, dijo.