Según el presidente del Consejo de oftalmólogos, deberían estar percibiendo unos $2.400 por consulta, pero cobran $400 y con demoras de 120 días por la “bicicleta financiera” en la que estarían incurriendo las prepagas. Denunció que la Superintendencia de Servicios de Salud no los escucha.
El Dr. Pablo Daponte, quien preside el Consejo Argentino de Oftalmología, advirtió que de no conseguir respuestas de la Superintendencia de Servicios de Salud, a los reclamos del sector por los bajos honorarios y las importantes demoras en los pagos de las consultas, podrían definir dejar de atender a obras sociales y prepagas, lo que obligaría a los pacientes a abonar montos en torno a los $2.400 y luego esperar los hipotéticos reintegros.
“Desde 2005 no se trasladan acorde a lo pactado los aumentos otorgados por la Superintendencia a las distintas clínicas, consultorios y profesionales. Hay un 153% de retraso en la actualización de los honorarios médicos”, denunció Daponte, quien recordó que “los oftalmólogos tenemos una gran cantidad de insumos en dólares”.
En diálogo Daponte explicó que ante estos desfasajes y otros problemas “decidimos armar una Cámara Nacional de Oftalmólogos. Somos unos 5 mil en la CAO, una entidad científica y sindical. A raíz de este reclamo, hay toda una comunidad médica dándonos el apoyo y el empuje para que sigamos”, puntualizó Daponte, dejando en claro que los bajos honorarios y las demoras en los cobros, son un problema de todo el sistema de salud.
Según confió a este medio, los oftalmólogos “atendemos y presentamos la facturación a los 30 días. Usualmente se cobraba a los 15 o 30 días. Ahora hay atrasos de 90 o 120 días. Depende de si hay mucha bicicleta financiera o no. Se quedan con el dinero, lo hacen circular y nos dan cheques post-datados”, bramó Daponte, lapidario con las Prepagas y las Obras Sociales.
“Con (la pandemia del Covid-19), el volumen de las consultas ha bajado. Y la consulta está 300 – 400 pesos. No compras ni un quilo de carne”, se quejó el galeno. Y agregó: “Bajaron los pacientes y aumentaron los insumos, pero esta debacle viene desde hace 16 años”.
Poniendo de relieve la función social de la oftalmología, Daponte apuntó: “Un oftalmólogo puede cambiarle la vida a la persona y al entorno. Un ciego es complicado y caro para la familia y toda la sociedad. Necesitamos un reconocimiento al trabajo que hacemos y a nuestra inversión. Hay gente de otros países que vienen a operarse por el nivel de la oftalmología argentina”, resaltó el médico.
Los oftalmólogos de Argentina “somos menos del 1% del costo de cualquier Obra Social o Prepaga. Lo único que queremos es sentarnos, a través de nuestra Cámara con la Superintendencia, que nos escuche. Y queremos trazar un plan de trabajo para que no haya desinversión en los consultorios y clínicas”, planteó Daponte.
En esta línea, el jefe de la CAO reiteró: “Queremos cierto reconocimiento a tantos años de estudios y al servicio que prestamos. Buscamos que se nos pague lo que corresponde. Y que pasemos de 400 a 2.400 pesos, que es lo que debería pagarse de acuerdo con estudios contables”, sostuvo.
Repreguntado sobre el rol de la SSS, Daponte reveló que el organismo presidido por el kirchnerista Daniel Alejandro López, “no respondió a los pedidos y en mi clínica recibí un par de inspecciones ‘muy lindas’. No sé si por casualidad o porque estoy saliendo en televisión”, ironizó Daponte, añadiendo que también recibió “un contrato leonino de una Prepaga”.
De concretarse la decisión de dejar de atender a obras sociales y prepagas, “se trabajaría a reintegro. La obra social debería devolver el dinero con la presentación del recibo. No es una locura, en muchos países se trabaja así, como en Dinamarca y Holanda. Nadie se quedaría sin trabajo y los pacientes tampoco se quedarían sin atenderse”, opinó Daponte.
“Hoy en la administración del dinero hay un intermediario que paga lo que quiere, cuando quiere y como quiere”, remató.