Alejandro Pereira (43) llevaba seis días desaparecido y su familia lo encontró ayer a la mañana al conseguir una copia de la llave de la casa. El presunto agresor fue detenido.
Alejandro Daniel Pereira (43) llevaba varios días sin ser visto por sus familiares. El miércoles de la semana pasada fue la última vez que fue visto por sus hermanos y su paradero se volvió un verdadero misterio. Más aún porque vivía solo y no solía tener problemas con nadie.
Aunque ayer cerca del mediodía, tras conseguir una copia de la llave de su domicilio ubicado en el barrio Prosol I de la capital provincial, un hermano y la propia madre de Pereira lograron ingresar a la morada y lo encontraron muerto en su habitación, con una puñalada en la espalda y un fuerte golpe en la cabeza.
En relación a la investigación por el homicidio, los sabuesos policiales desembarcaron en pocas horas en la detención del supuesto agresor, un hombre de 37 años conocido de la víctima, que solía compartir tragos con Pereira y que aparentemente habría atacado a su amigo tras una fuerte discusión.
A raíz de lo sucedido, efectivos de la seccional Novena y de la Dirección Homicidios arribaron ayer al mediodía a la humilde propiedad de madera que tenía la víctima sobre la Manzana B del populo vecindario.
El cuerpo fue encontrado boca abajo dentro de la habitación con señales de haber sufrido una lesión punzo cortante en la espalda. Ya con presencia del juez Miguel Mattos, titular del Juzgado de Instrucción Siete en turno, se dispuso la preservación de la escena del crimen. Y de acuerdo a lo indicado por fuentes del caso, el cuchillo no fue hallada dentro de la vivienda.
Aunque si fue localizado dentro de un armario de la casa un hierro cubierto con una toalla. Dicho elemento fue encontrado mediante el relato que dio el detenido al momento de ser ubicado por efectivos policiales.
El sospechoso, que al parecer solía realizar changas en el barrio A-4 y que vivía en condición de calle, fue arrestado en horas de la siesta de ayer en un centro de rehabilitación del microcentro capitalino. En poder de éste se secuestraron distintas prendas de vestir que podrían ser de importancia para la pesquisa.
En base a las averiguaciones preliminares por este caso sabe que el fallecido y el detenido solían juntarse en casa del primero a consumir bebidas, y que por ello, el changarin rápidamente fue apuntado como sospechoso por parte de vecinos y familiares de la víctima.
Por orden de la Justicia, el cuerpo fue trasladado a la Morgue Judicial en donde se espera que hoy se realice la correspondiente autopsia.
Mediante dicho estudio se espera saber la causa y data de muerte, ya que se sospecha que la supuesta discusión que terminó con la vida de Pereira se pudo haber producido durante la noche del último jueves.
Dolor familiar
Blanca Pereira, hermana de la víctima, vive enfrente a la casa del fallecido y desde hace días estaba preocupada por su familiar. Acompañada de sus hermanos Guillermo y Walter, sumado a muchos otros allegados que se acercaron inmediatamente a dar apoyo en tan difícil momento, ayer aguardaba expectante las novedades en el caso.
En diálogo con Blanca comentó que desde hacía varios días no sabían nada de su familiar y que por eso el lunes comenzaron a indagar con la Policía y con los hospitales para ver si había sucedido algo con él.
Sobre el móvil del crimen, se inclinó por la tesis de un robo ya que días atrás su familiar cobró el dinero de una pensión por discapacidad. “Justo había cobrado el 14 porque es pensionado. Creo que le entraron a robar, lo mataron y cerraron la casa. Se ve que cerraron desde el lado de adentro y salieron por la puerta de atrás y llavearon. Yo pensaba que el estaba encerrado pero me llamaba la atención que el nunca salía. Es la primera vez que se ausentaba así, cada vez que él viajaba avisaba a sus hermanos que iba a viajar. Y nos dejaba la llave por cualquier cosa. Incluso venía mi abuela esos días que él no estaba y se quedaba”, indicó la entrevistada.
Sobre el supuesto agresor que habría escapado de la casa de su hermano con dinero en efectivo, recordó que el viernes, y luego de dos días sin ver a su familiar, decidió ir a investigar con una vecina que vive pegado a la casa de Alejandro. “La vecina de al lado me había dicho el viernes, cuando fui a golpear la casa de él, ‘Blanca, yo anoche vi que salió un flaco alto, todo vestido de negro, con capucha y con una mochila. Y desde ahí nos empezamos a preocupar ¿Cómo iba a salir una persona de la casa de mi hermano? Y creo que ese es el que está detenido”, agregó.
“La última vez que hablé con mi hermano fue el miércoles a la noche, después jueves no le vi, viernes golpeé la casa y nada, pasó sábado y domingo y tampoco nada. Ayer (lunes) empezamos averiguar con la policía, en los hospitales, pero no había nada. A la mañana me volvió a llamar un oficial de la comisaría Novena y me dijo ‘señora, su hermano no está en ninguna comisaría’. Ahí le llamé a mamá y me dijo que iba a venir hasta la casa”, dijo la mujer.
Ale, como era conocido en el barrio, vivía solo en su casa. Padecía problemas en la columna que lo imposibilitaban poder trabajar y por ello cobraba una pensión. Tenía un hijo que desde hacía un tiempo formó una familia en Buenos Aires y que ni bien tomó conocimiento del asesinato emprendió viaje a Misiones para estar cerca de su familia.