El joven que había sido atrapado a comienzos de julio a pedido de la Fiscalía recuperó la libertad tras no ser identificado en una rueda de reconocimiento.

El 23 de julio de 2016, el agricultor Victorino Kuhl (70) y su esposa Lili Krüger fueron asaltados y brutalmente golpeados por un grupo de delincuentes que irrumpió en su casa ubicada sobre la ruta nacional 14, a metros del acceso norte a la localidad de Leandro N. Alem.

El hecho fue descubierto prácticamente dos días después, cuando el hijo de la mujer fue hasta el lugar preocupado porque no había visto a sus padres durante ese fin de semana. Al llegar, encontró Kuhl maniatado y sin vida, y a su madre gravemente herida y prácticamente semi-inconsciente encerrada en un baño.

Ambos habían sido víctimas de una brutal golpiza perpetrada por un grupo de asaltantes que irrumpió en el lugar con el objetivo de alzarse con el dinero obtenido producto de la venta de unas chacras.
El caso sacudió a la comunidad de Alem, que rápidamente organizó movilizaciones en reclamo de justicia. Durante esas primeras horas, la Policía demoró a varios sospechosos, pero todos ellos recuperaron la libertad en cuestión de horas y la investigación quedó sin detenidos.

Recientemente, la causa pareció reactivarse a partir de la intervención de la fiscal María Gisela Casafús, titular de la Fiscalía de Instrucción Cinco, quien solicitó la detención de varios sospechosos, a lo cual la jueza Raquel Zuetta, del Juzgado de Instrucción Cinco, hizo lugar parcialmente al ordenar la captura de uno de ellos.
Ese muchacho fue finalmente atrapado el 4 de julio y quedó a disposición de la Justicia, pero su estadía tras las rejas duró muy poco y el expediente se encuentra nuevamente sin detenidos.

Rueda de reconocimiento

De acuerdo a lo consignado por fuentes consultadas, el pedido de la fiscalía se sostenía a partir de una pista obtenida hace varios años por la Policía mediante un joven que aparentemente se había referido al crimen entre sus conocidos y había evidenciado contar con información precisa sobre el hecho.
Sin embargo, poco después esa pista perdió fuerza y la investigación viró hacia otro lado, pero la fiscalía siguió insistiendo.


Así fue como a mitad de año la fiscal Casafús volvió a pedir la detención de ese misterioso sujeto y de algunos allegados suyos, aunque la jueza dio lugar al pedido en contra del principal apuntado.

Tras la orden de detención emitida, el personal policial finalmente volvió a ubicar al muchacho y lo puso a disposición de la Justicia, pero previo a indagarlo e imputarlo la jueza Zuetta dispuso que el muchacho sea sometido a una rueda de reconocimiento para como para tener otro elemento en su contra.

La medida fue realizada previo a la feria judicial y del procedimiento participó una vecina de las víctimas que aparece como una de las testigos más cercanas al hecho, pero el resultado fue negativo. Es decir, la mujer no logró individualizar al sospechoso.

Como consecuencia de ello, la Justicia dispuso la liberación del implicado, el expediente volvió a quedar sin detenidos y el caso continúa camina hacia la impunidad.

La pareja fue asaltada y brutalmente golpeada en su casa de Alem.

El caso

El hecho que se encuentra bajo investigación se registró el 23 de julio de 2016, en la vivienda de la pareja, donde además tenían un orquidiario.

“Era la tardecita del domingo, ya estaban encendidas las luces del alumbrado público cuando de pronto vimos que por la puerta de la cocina entraron estas personas. Le llevaron a mi marido y a mí me agarró uno a cara descubierta que ni me dio tiempo de nada, me tiró al piso y se subió encima para atarme”, recordó un año después la sobreviviente al brutal asalto.

Y en esa misma ocasión agregó que “hay cosas que no me acuerdo bien pero sí del que me agarró, me tiró y me pegó mucho. Era un muchachito joven, de pelito cortito con una gorra verde tejida en su cabeza y sólo me pedía la plata diciéndome que el sabía que habíamos hecho unos negocios y que teníamos plata”.

En esa línea, la viuda del agricultor había señalado que “solamente mi marido, yo y el albañil que hacía negocios con él sabían que habíamos vendido unas tierras. Nadie más sabía nada”.
En los primeros días de investigación hubo varios demorados, pero contra ninguno se hallaron elementos contundentes y uno a uno fueron recuperando su libertad.

La pesquisa, además, por aquel tiempo estuvo salpicada en polémicas y quejas. Por ejemplo, varios policías que estaban custodiando la escena tuvieron que ser sumariados por sustraer plantas de la familia.