El laboratorio norteamericano afirmó que la presencia del metal “no representa un riesgo” para la salud. El Gobierno nipón empezó igualmente a investigar dos muertes.

El gobierno de Japón detectó partículas de acero inoxidable en lotes de la vacuna Moderna contra el Covid-19 y decidió interrumpir la aplicación del suero en el país. Mientras tanto, Japón comenzó a investigar la muerte de dos hombres luego de colocarse la vacuna.

El laboratorio norteamericano respondió con un comunicado de prensa el miércoles pasado y sostuvo que la presencia de ese metal “no representa un riesgo” para la salud.

“La rara presencia de partículas de acero inoxidable en la vacuna Moderna Covid-19 no representa un riesgo indebido para la seguridad del paciente y no afecta negativamente el perfil riesgo/beneficio del producto”, afirmó el laboratorio Moderna en conjunto con la farmacéutica Takeda, a cargo de la venta y distribución en Japón.

Acorde a la farmacéutica, sería improbable que las partículas metálicas inyectadas en un músculo provoquen algo más que una reacción localizada, informó la agencia AFP.

Takeda recibió “informes de varios centros de vacunación, según los cuales se descubrieron cuerpos extraños” en frascos sellados. “Tras consultar con el Ministerio de Salud, decidimos suspender el uso” de todas las vacunas de tres lotes, es decir 1,63 millones de dosis en total, informó días atrás AFP.

Los frascos contaminados solamente pertenecían a uno de los tres lotes, pero el gobierno japonés decidió retirar también los otros dos por precaución, explicó un vocero, Katsunobu Kato.

Se trata de dos hombres, de 30 y 38 años, que fallecieron a principios de agosto luego de vacunarse con la segunda dosis de uno de los tres lotes suspendidos por el Gobierno. Ambas víctimas tuvieron fiebre después de recibir sus inoculaciones y ninguno tenía condiciones de salud subyacentes o antecedes alérgicos, de acuerdo con lo que pudo confirmar el Gobierno japonés.

El Ministerio de Salud nipón buscará determinar si las causas de las muertes están relacionadas con el suministro de la vacuna o se deben a otros motivos.

Takeda aclaró que las impurezas serían producto de una falla en la línea de producción dentro de una fábrica dirigida por su contratista español, ROVI Pharma Industrial Services. Las autoridades de Salud niponas afirmaron que “ROVI está trabajando ya en la investigación de las causas de estos problemas de calidad”, bajo la supervisión de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps).

“Tanto las autoridades japonesas como las españolas están evaluando el riesgo de la presencia de estas partículas y en función de estos análisis se tomarán las medidas necesarias”, manifestó el Ministerio de Salud japonés.

De igual manera, Japón comenzó a investigar la muerte de dos personas que recibieron la vacuna de Moderna.