Los investigadores compararon la gravedad de la enfermedad entre las mujeres con el riesgo de preeclampsia como desenlace primario.
Una reciente investigación aportaría nueva evidencia de asociación dosis-respuesta que respalda la existencia de una mayor probabilidad de desarrollar preeclampsia y de tener partos prematuros durante el embarazo a causa del SARS-COV-2.
Según el estudio observacional retrospectivo publicado en el American Journal of Obstetrics and Gynecology, este hallazgo cumple con los criterios clave para determinar la causalidad de la asociación.
El estudio también indica una mayor posibilidad de contagio de COVID-19 en las personas que tenían preeclampsia antes de la infección. «Si es que la preeclampsia puede predisponer a COVID-19 en algunos casos o si las dos afecciones pueden coexistir porque comparten factores de riesgo similares, requiere investigarse más a fondo», escribieron los autores.
La Dra. Linda Eckert, profesora de obstetricia y ginecología en la Universidad de Washington en los Estados Unidos y especialista en inmunización materna, agrega que tampoco está claro si el mayor riesgo de preeclampsia está contribuyendo al mayor riesgo de parto prematuro.
«El COVID-19 está asociado con la preeclampsia en este estudio y con el parto prematuro. La pregunta sobre si la preeclampsia que conduce al parto prematuro también está asociada con la infección no es posible responder en este estudio, ya que todos los factores están probablemente interrelacionados. Existe una relación entre COVID-19 y la preeclampsia sin parto prematuro», agregó la Dra. Eckert.
En el estudio se examinó retrospectivamente los datos de 1.223 mujeres embarazadas que dieron positivo para el SARS-CoV-2, entre febrero de 2020 y marzo de 2021, en alguno de los 14 hospitales de maternidad del National Health Service en el Reino Unido. Los investigadores compararon la gravedad de la enfermedad entre las mujeres con el riesgo de preeclampsia como desenlace primario, seguido de los resultados de parto prematuro y edad gestacional al momento del parto.
Durante el análisis de preeclampsia se ajustaron algunos parámetros para tener en cuenta el riesgo previo de preeclampsia según las características maternas y el historial médico. El análisis del riesgo de parto prematuro incluyó el ajuste por edad materna, peso, altura, raza, método de concepción, hipertensión crónica, tabaquismo y diabetes.
Esto determinó que entre más grave es la infección por SARS-CoV-2, mayor es el riesgo de preeclampsia y parto prematuro. El SARS-CoV-2 puede provocar disfunción endotelial, inflamación intravascular, proteinuria, activación de trombina e hipertensión, que son características de la preeclampsia. Razón por la que se considera como una relación causal.
Sin embargo, una asociación dosis-respuesta es solo un criterio de causalidad, por lo que aún es prematuro decir que existe definitivamente una relación causal. Se necesita ampliar la investigación en diferentes grupos poblacionales para confirmar con seguridad la causalidad.
Es recomendable que las mujeres afectadas con gravedad por el COVID-19 en los primeros meses de embarazo tengan un mayor seguimiento durante su proceso de gestación para detectar síntomas relacionados a la preeclampsia o embarazos prematuros. Estos hallazgos apoyan la necesidad de que las personas en estado de embarazo reciban una vacuna contra el COVID.