Julián Domínguez, ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, mantuvo este sábado una intensa actividad abocado a la resolución de los problemas que afectan al sector de las carnes, tanto en materia de producción como de precios. Estuvo en la Quinta de Olivos para informarle al presidente de la Nación, Alberto Fernández, acerca del diálogo que está sosteniendo con diversos sectores y, en particular, el encuentro que durante la semana próxima tiene previsto mantener con gobernadores de las provincias ganaderas y titulares de las entidades agropecuarias. En el transcurso de esta semana, habría novedades.

“El presidente de la Nación me encomendó trabajar para recuperar el diálogo como herramienta clave para el progreso y el cuidado de la seguridad alimentaria de los argentinos y de las argentinas”, afirmó Domínguez durante la tarde, luego de reunirse además con Juan Manzur, jefe de Gabinete, en el despacho de este último en Casa Rosada. 

Después de estos encuentros, Domínguez volvió a sus oficinas en el Ministerio para seguir trabajando en el tema, en contacto directo con sus principales colaboradores.

El conflicto de las carnes está planteado a partir del desbordante aumento de los precios de los principales cortes vacunos de consumo interno desde principios del año 2020, que en varios casos llegaron a acumular subas del 100 por ciento en poco más de un año. Aunque en los últimos dos meses (julio y agosto) los precios se estabilizaron, siguen siendo inalcanzables para una importante franja de la población, que en muchos casos ya eliminó al producto de su dieta.

Pero este proceso de aquietamiento de los precios se dio en el marco de la prolongación de las restricciones a las exportaciones de carne vacuna. Si bien se mantienen los envíos a países con los que existen acuerdos comerciales de gobierno a gobierno, las ventas a países asiáticos –principalmente a China– se han restringido, prohibiendo determinados cortes y cuotificando el resto. 

Estas medidas dejaron disconformes a industriales frigoríficos y a ganaderos, que consideran que están perdiendo oportunidades de lograr mejores resultados en operaciones con el exterior.

Las pocas palabras que ofreció Domínguez este sábado en el transcurso de su intensa actividad dan algunas claves de cómo está encarando la misión. Apostará al diálogo con absolutamente todos los actores, aspirará a alcanzar una solución integral al conflicto y tratará de atender las necesidades tanto de la producción como, fundamentalmente, del consumo.

«Es una misión política la que le encomendaron, y sabe que en esos términos lo deberá resolver», comentó un observador que es parte del sector económico en cuestión.