Un libro de un periodista brasileño cuenta detalles de la intervención del caudillo caribeño entre Irán y la Argentina gobernada por el kirchnerismo

Sería grave que el financiamiento político como destinos de una revolución de exportación, violatorio de la autodeterminación, sea admitido, legitimado y validado como práctica sin que se inicie una investigación para condenar las prácticas que debilitan la Democracia, la República y sus instituciones. Posiblemente se trate de otra situación a la que pareciera inferirse tras las declaraciones del ex jefe de inteligencia y contrainteligencia militar, Hugo Carvajal alias “El Pollo”, detenido en España tras dos años de fuga, y que llegara a las portadas por sus declaraciones relativas a las metodologías del chavismo, publicadas por OK Diario.

Desde hace años, el interrogante está focalizado sobre la motivación y para qué fin se utilizaba ese dinero, ya no sobre si existió. Investigadores como Leonardo Coutinho, reconocido periodista y galardonado investigador brasileño, que trabajó para Veja, y es autor de una obra imprescindible “Hugo Chavez O Espectro” que se traduce “el fantasma” para conocer el funcionamiento global de la convergencia entre el crimen organizado transnacional con el terrorismo y con la confluencia de regímenes de Estados fallidos como el caso de Chávez y actualmente. Este investigador del prestigioso think tank Center for Free Secure Society, cuyo director es Joseph Humire, que tiene la capacidad singular de estudiar cómo en la región se replican dinámicas del Medio Oriente como amenazas hemisféricas y globales donde el terror, las desestabilizaciones y ataques asimétricos fungen como métodos para concretar los objetivos estratégicos de los actores globales que tienen a la libertad y al progreso como enemigo. Ellos ya conocen los mecanismos de envío a diferentes organizaciones para el financiamiento de sus actividades según sus múltiples publicaciones, lo que continúan estudiando son los objetivos de las mismas.La portada del libro "Hugo Chávez, El Espectro", de Leonardo Coutinho.

La portada del libro «Hugo Chávez, El Espectro», de Leonardo Coutinho.

Remontándonos a 2007, si contextualizamos la situación política de embargo y bloqueo de Irán, energético y político, la obsesión nuclear del régimen de los ayatolas, se signa un encuentro de Ahmadinejad, en la Venezuela bolivariana de Chávez, y los testimonios que logró documentar el autor, incluso del eje Buenos Aires–Caracas–Teherán, también se destaca el derrotero del narcobolivarianismo, con testimonios de pilotos que trasladaban cocaína desde el Chapare dominado por Evo Morales a la rampa presidencial en Venezuela, cuestión que le valió una reacción del anterior gobierno socialista boliviana.

Se cree, incluso tras las declaraciones de Hugo Carvajal alias El Pollo, ante un magistrado español, que el envío fue directo desde Chávez como aporte a la campaña presidencial, como gesto de aproximación de parte del mandatario iraní Mahmoud Ahmadinejad.

El galardonado Coutinho sopesa argumentos contundentes en su obra que data de 2018, que brindan elementos para una hipótesis diferente. Veamos las variables que construyen lo que podría ser el primer componente para comenzar la negociación que culminó con el Memorandum, pero quizás no haya finalizado, de hecho hay múltiples actores y redes con estrecha y vigente vinculación.La proximidad política de Néstor Kirchner y Hugo Chávez fue permanente desde la llegada al poder.

La proximidad política de Néstor Kirchner y Hugo Chávez fue permanente desde la llegada al poder.

Fue así que narra Coutinho, que “tres exintegrantes de la cúpula del gobierno de Chávez que están exiliados en Estados Unidos junto a otros nueve que buscaron asilo y colaboran en investigaciones en torno a la participación del gobierno de Caracas en el tráfico internacional de drogas y en el apoyo al terrorismo, le dijeron que por intermedio de Venezuela, Irán envió dinero para la campaña de Cristina”.

Según su investigación, “Argentina recibiría dólares en especies. A cambio, Irán habría pedido encubrir su participación en el atentado a la AMIA y también solicitaba que Argentina les comparta experiencia en reactores nucleares de agua pesada, un sistema que permite la obtención de plutonio a partir de uranio natural, para avanzar en la construcción de bombas nucleares”.

Según reconstruyó Coutinho y publicó en la página 28 de “Hugo Chavez O Espectro” en el capítulo “A conspiración nuclear” en la versión original en portugués, el 13 de enero de 2007, “cuando el entonces presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, desembarcó en Venezuela y fue recibido por Hugo Chávez, éste le solicitó que intermediara con Argentina. Un militar que presenció la reunión relató a la revista el siguiente diálogo:

– Ahmadinejad: Es un asunto de vida o muerte. Necesito que intermedie con Argentina para avanzar con el programa nuclear de mi país. Precisamos que Argentina comparta conocimiento y tecnología nuclear.

– Chávez: Haré eso, compañero.

– Ahmadinejad: No se preocupe por los costos de la operación. Irán aportará todo el dinero necesario para convencer a los argentinos. Y tengo otra cuestión: necesito que desaliente a la Argentina de continuar insistiendo con Interpol para que capture a las autoridades de mi país.

– Chávez: Me encargaré personalmente. “El dinero venía de Irán para la campaña de CFK”, señaló uno de los testigos (Presidencia de la Nación)

“El dinero venía de Irán para la campaña de CFK”, señaló uno de los testigos (Presidencia de la Nación)

Así, Coutinho consigna que la polémica transferencia directa de dinero de Caracas a Buenos Aires realizada por Guido Antonini Wilson, en agosto de 2007, cuando intentó ingresar al país 800 mil dólares en un maletín. El propio “valijero” de quien aun es pedida su comparecencia por la Justicia argentina afirmó que el dinero se destinaría a la campaña de CFK. Uno de los dos exfuncionarios chavistas que dialogó con la revista Veja, estaba con el entonces presidente de Venezuela cuando éste recibió la noticia del arresto del dinero. Se lo informó Rafael Ramírez, entonces presidente de PDVSA y posterior embajador en Buenos Aires. Chávez habría reaccionado con ira, y preguntó quién fue el “idiota” que coordinó la operación. “El dinero venía de Irán para la campaña de CFK”, señaló uno de los testigos. “No puedo asegurar si él (por Wilson) sabía que el dinero era iraní, pero él era consciente de que venía de una fuente clandestina”.

Las fuentes del que fue por veinte años, periodista de Veja, no saben si los iraníes obtuvieron la información nuclear que le solicitaban a la Argentina, pero consignan que la planta gemela de Atucha en Bushr, diseñadas por Siemens, que entre 1979 y 2007 no funcionó ni con la cooperación de la rusa Rosatom, en 2010 comenzó a dar energía. “Las discusiones de ese tema estaban reservadas a los ministros de Defensa de Venezuela e Irán. Del lado argentino, la interlocutora era la entonces ministra de Defensa Nilda Garré” consigna incluso entrevistas que brindó ante periodistas como Moisés Naím.

El Pacto con Irán fue revelado inicialmente por el periodista Pepe Eliaschev en el Diario Perfil el 26 de marzo de 2011. Consignaba que entonces el gobierno argentino negociaba con ese país “dejar de lado la investigación” del atentado que dejó 85 víctimas en la voladura de la mutual judía, a cambio de acuerdos comerciales. El fiscal Alberto Nisman desestimó inicialmente la denuncia de Eliaschev, aunque al momento de solicitar la indagatoria de CFK, el fiscal dijo arrepentirse.

También hay otras hipótesis, sin dudas puede reducirse a corrupción, a cuestiones relativas al mecanismo de corrupción política en derredor de Odebrecht, pero lo verdaderamente preocupante, es que no existan al respecto denuncias, procesos sino una profesional y cuidada narrativa épica de todos los actores que podrían estar involucrados, coincidente en culpar al capitalismo, al imperialismo y coincidente en apresurarse a cerrar causas y sentenciar inocencias, que favorecen tal como califica CFK en su “Sinceramente”, ”un error de ingenuidad”. Jamás auspician investigaciones que exculpen.

Así florecen elementos que, sin dudas, responderían a una planificación minuciosa, de al menos, una de las partes.

Es llamativo que hoy se insista en ese derrotero con los mismos actores globales sin condenar y banalizando las sistemáticas violaciones a los DDHH en Venezuela, Rusia, Irán y sus aliados como Cuba, Bolivia y Venezuela, que actúan coordinadamente en pleno desafío a los derechos humanos y la legalidad internacional con sus actos.