Desde el gobierno entienden que un sector de la policía se muestra ausente por los últimos recambios, y reconocen que hay distintas miradas sobre la crisis.
«Las balaceras de Rosario tiene una sola explicación: los recambios en las cúpulas policiales de los últimos tiempos rompieron pactos y circuitos de protección que ahora se quieren mostrar ausentes. Hay un sector de la policia que está jugando su propio partido». El análisis corresponde a un conocedor de las intrigas palaciegas, y que aceptó confiar la mirada mayoritaria del circulo rojo perottista, a cambio de preservar su identidad. Es el mismo que reconoce ante una pregunta de este cronista que hay dos miradas para enfrentar al delito en el Ministerio de Seguridad: los porteños y Lagna. La mirada sobre la forma en que se encaran las tareas de seguridad difieren entre los formados en la inteligencia criminal y Jorge (Lagna) son miradas distintas», reconoce la fuente a la que accedió este diario y que confiesa además que hubo malestar con los funcionarios bonaerenses que no estuvieron el fin de semana largo al pie del cañon, como los esperaban ante la gravedad de la situación local. Ese es el trasfondo sobre el que se vivió ayer un día de frenéticas reuniones del gobernador Omar Perotti, el ministro de Seguridad y otros funcionarios del área con el intendente Pablo Javkin, los intendentes del Gran Rosario y, más tarde, Lagna recibió a la Cámara y el sindicato de Gastronómicos.
Tras la última reunión, Lagna afirmó: «Vamos a tener muchos más policías con más tecnología, vamos a triplicar el patrullaje, seguimos con licitaciones para nuevas centrales de 911, y tenemos que mejorar la videovigilancia municipal y provincial, además de invertir más de 100 millones de pesos en el nuevo sistema Tetra para handies policiales». Además, confió que ayer mismo se comunicó con su par nacional Aníbal Fernández.
Así las cosas, los dos miradas sobre seguridad deberán confluir en una sola o de lo contrario, el gobernador deberá resolver cambios. Del lado de Lagna, quedó Andrés Rolandelli, el responsable de la formación de los cuadros policiales, quien tiene dos fotos para mostrar: una la de ladero fiel de Omar Perotti, en la difícil noche que le tocó vivir cuando desembarcó en el Monumento a la Bandera, en plena protesta por la inseguridad. La otro foto es más complicada: Rolandelli fue víctima del robo de una computadora oficial en una estación de servicio de Rondeau y Uriarte.
Perotti encabezó ayer una reunión de trabajo en Rosario, acompañado del ministro de Seguridad, Jorge Lagna; el ministro de Gestión Pública, Marcos Corach; el intendente Pablo Javkin y la jefa de la Policía de Santa Fe, Emilce Chimenti. Del encuentro participaron también representantes de la Policía de Santa Fe, Policía Federal, Gendarmería, Prefectura y Policía de Seguridad Aeroportuaria.
Más tarde, el mandatario presidió otro encuentro a los que sumó a intendentes y presidentes comunales del área metropolitana de Rosario, con el objetivo de continuar trabajando y sumando esfuerzos en el combate contra el delito.
Finalmente, el ministro de Seguridad se reunió en su despacho con representantes de la actividad gastronómica de Rosario. Al término de este encuentro, el propio Lagna anunció la mejora en los sistemas de patrullaje tanto de las fuerzas federales como de la policía provincial, así como un perfeccionamiento en los sistemas de comunicaciones interfuerzas, la conformación de una mesa de trabajo con el sector gastronómico y un tratamiento distintivo para tres corredores de bares y restaurantes, que abarcan el cordón Pellegrini, Pichincha y zona norte.
Sobre el ataque a la parrilla El Establo, Lagna dijo «confiar en la investigación que esta haciendo la fiscal Valeria Haurigot, porque para nosotros es un hecho bisagra y hay que esclarecerlo».