Luego de una larga recuperación, Tamara Fernández dio su versión de lo ocurrido el último fin de semana de octubre en Cabred y Uruguay de Posadas, cuando fue baleada por un efectivo policial en un confuso episodio. Habló de presiones para cambiar su declaración y otras maniobras para evadir responsabilidades. “No puedo dormir. Para mí fue muy difícil. Nunca tuve problemas con nadie”, expresó.

“Por ser policías pueden hacer lo que quieren”, reclamó Tamara Fernández, la joven de 27 años, que fue balada por un policía hace un mes atrás.

Ya con el alta médica, la joven sigue su recuperación en la casa de su familia, asegurando que el confuso episodio, ocurrido el 30 de octubre en la parada de colectivos de Cabred y Uruguay, todavía le quita el sueño.

En diálogo Tamara contó su versión de los hechos y desmintió algunos de los detalles que habrían sido revelado por los uniformados. “No toqué su arma, no le escupí como dijeron y en el video se ve. Sólo me acerqué a una chica policía para decirle que nadie estaba peleando en la parada, pero no me hizo caso y empezaron a pegarle a un par de personas que estaban ahí”, recordó.

“Cuando me dispararon, me quedé en shock, me asusté mucho. Me quedó un hueco, me quemaba y perdía mucha sangre”, señaló. “Me sacaron 7 perdigones”, agregó.

“Tengo pesadillas, me despierto llorando. Me cuesta dormir, no puedo”

Presiones y maniobras

Tamara comentó que un joven que estaba esperando en la misma parada de colectivos llamó a la ambulancia y otra joven desconocida la acompañó al Hospital.

“Después fueron los policías, querían mi teléfono para sacarle la memoria y borrar los videos, pero yo no había grabado nada. A la chica que me acompañó también. Querían borrar las evidencias”, aseguró.