Acarrea una causa en el Juzgado de Instrucción 7 por “robo calificado”, pero fue excarcelado y se sumó como pieza clave en la seguidilla de delitos contra la propiedad en Posadas, principalmente en Itaembé Miní e Itaembé Guazú.
Lo buscan, en esta capital, tres comisarías de la Unidad Regional I y dos de la X. En menos de una semana se convirtió en el objetivo principal, y prácticamente todos los integrantes de “Robos y Hurtos” de la Dirección Delitos Complejos de la Jefatura de Policía, están con muchas ganas de ponerle las esposas a “Tiernito” y a sus cómplices de la “Banda del Gol rojo”.
Esta gavilla de robacasas, desde octubre, tiene en vilo la seguridad de los vecinos de varios barrios posadeños. Resulta reiterativo decirlo, pero desde que comenzaron a perseguirlo, este joven de 24 años no se detuvo y fuentes consultadas remarcaron: “De arrebatar a punta de cuchillo por un celular o una billetera, ahora anda calzado con un arma de fuego y participó de casi todos los robos cuando utilizaban un Toyota Corolla blanco (descartado en el barrio San Lorenzo) y ahora no quedan dudas que anda en el Gol rojo”.
La versión se habría confirmado el miércoles pasado, pocas horas después de cometer al menos cuatro robos en el barrio Ingar de Itaembé Miní, sólo en uno de ellos falló y la descripción de una testigo fue contundente para identificarlo.
Pero pocas horas después, de la confirmación de la sospecha, llegó la ratificación final: logró escaparse de dos persecuciones policiales por la zona oeste posadeña. Y vaya ironía, a bordo del Gol rojo y con el apoyo de sus secuaces en el Chevrolet Cruze oscuro.
Las denuncias por delitos contra la propiedad de las últimas horas que lo involucran corresponden a las seccionales Tercera, Decimosexta y Decimonovena (Itaembé Guazú) de la Unidad Regional I y la Novena (Itambé Miní) y Decimoctava de la UR-X. Investigadores de estas jurisdicciones y de Delitos Complejos buscan a un joven de 24 años con domicilio en la calle Trípoli a la altura del barrio San Alberto (zona oeste).
El miércoles por la mañana, una guardia de pesquisas intentó interceptarlo cuando “Tiernito” se aproximaba a su hogar familiar. Se movía en el Chevrolet oscuro y al notar la presencia sospechosa aceleró y se dio a la fuga sin ser atrapado.
Los investigadores cambiaron de estrategia y mantuvieron el control en el mismo barrio y observaron nuevamente a “Tiernito” con una remera blanca y conduciendo el Gol rojo. Segundos después irrumpió el Chevrolet Cruze y alertó al buscado para huir.
“Tiernito” cambió de automóvil y volvió a escapar, librándose a las pocas cuadras de la persecución policial internándose por calles internas y avenidas próximas (como Tomás Guido e Ituzaingó) al estadio de fútbol de Bartolomé Mitre.
Entre los antecedentes del buscado se destacó que en octubre fue excarcelado pese a estar imputado por “robo calificado”, causa que se tramita en el mismo juzgado que ordenó el miércoles su inmediata detención. En octubre, y mientras realizaba la cuarentena por protocolo COVID-19 en la unidad penal de Cerro Azul, fue beneficiado con la libertad supeditada al expediente y bajo estrictas restricciones fijadas por el juez Miguel Mattos.
Nada le habría importado, ni frenado para volver a “trabajar” como “escruche de casas” hasta convertirse, aparentemente, en un célebre vernáculo delictivo.
Pero hay que remarcar que detrás de sus movimientos audaces actividades delictivas generó un tendal de víctimas. Una joven a la que le apuntó a la cabeza cuando se toparon dentro de una casa en Itaembé Miní y más de veinte familias a las que dejó sin ahorros y elementos de valor.
Todo ocurrió entre octubre y el 14 de diciembre y frente a las cámaras de seguridad del Centro Integrado 911 o de vigilancia privada, con autos robados y con sugestiva facilidad.