Los 6 consejeros de la Lista Celeste que aún integran el Consejo de Administración de la CEEL votaron en contra del llamado a elecciones para el 13 de marzo donde se elegirían delegados para tratar del ejercicio cerrado el 30 de septiembre de 2021, y elegir tres nuevos consejeros titulares, 3 consejeros suplentes, 1 síndico titular y 1 síndico suplente.

La administración de la CEEL llevada adelante por Alberto Romero y sus socios políticos durante 11 años destruyó la Cooperativa de Electricidad. Los vecinos de Eldorado pagan las consecuencias de la mala gestión, el manejo arbitrario del dinero de los socios, y el enriquecimiento desmesurado, y cuando menos sospechoso, de algunos consejeros, y la notable elevación de sus condiciones y nivel de vida.

Cada peso que falta en la CEEL producto del desmanejo y de los hechos de corrupción evidentes en la administración, es dinero que no se invirtió en obras para mejorar los servicios brindados a la comunidad.

La falta de agua en muchos barrios no es sólo producto de la sequía, es consecuencia de las empresas de familiares y amigos de consejeros, y de delegados de la CEEL que facturaron servicios de difícil comprobación, de los incontables deliverys pedidos en sus domicilios y pagados por los socios, de las facturaciones de empresas truchas que prestaban servicios a la CEEL y que fueran intimadas por la AFIP por falta de pago de los impuestos correspondientes, de viajes injustificados como el realizado por el anterior Tesorero de la CEEL a Buenos Aires con un delegado de la Lista Violeta días antes de la última asamblea en un desesperado intento de comprar voluntades.

Cada peso que se desvió de su función natural, mejorar la condición de vida de los habitantes de Eldorado mediante la provisión de buenos servicios, se paga en condiciones de vida de esos propios vecinos.

Los 6 consejeros que se niegan a llamar a elecciones fueron partícipes de la fiesta de unos pocos. No pueden alegar desconocimiento ya que los consejeros son, por ley, responsables de las decisiones tomadas. No pueden alegar desconocimiento.

De la fiesta participaron muchos: delegados, punteros políticos, empleados de la CEEL que sin ninguna capacitación ocupaban puestos de dirección, medios de comunicación que preferían cobrar a fin de mes sus pautas publicitarias y callar lo que todos sabían, dirigentes políticos de Eldorado y de la provincia que, pese a conocer acabadamente todo lo que sucedía, prefirieron los votos de la estructura armada por Romero (pero pagada por los socios de la CEEL) para las elecciones municipales.

Todos sabían. Pocos hablaban.

Era más rentable para todos ellos hacer la vista gorda, hacer de cuenta que no sabían, acumular poder y dinero.

Pero eso sí: siempre en nombre de la gente, del pueblo, de los más postergados. Esos mismos que hoy no tienen agua en sus domicilios, esos mismos que no pueden contar con servicio eléctrico porque la CEEL no tiene insumos para conectarlos, esos mismos que cuando solicitan una conexión de circuito cerrado deben esperar semanas porque no tienen cable para la conexión.

El daño que le hizo Romero y la Lista Celeste a la CEEL es difícil de calcular.

Una deuda de más de 1.100 millones a EMSA, cheques emitidos para pagar otras deudas a proveedores y sindicatos por los próximos 12 meses.

¿Cuál es el argumento esgrimido por los 6 consejeros de la Lista Celeste, entre los cuales se encuentran el actual presidente Walter Otazú, el Secretario Omar Ortega, la tesorera Leónida Kumm y el propio Alberto Romero, para negar el llamado a elecciones?

Que el balance cerrado el 30 de septiembre de 2021 aún no está terminado.

Pocas cosas deben demostrar tanto la incompetencia y falta de transparencia de la Lista Celeste en el manejo de la CEEL como el argumento de que el balance no está terminado.

Habitualmente las elecciones en la CEEL se llevan adelante en el mes de noviembre para tratar la Memoria y Balance cerrado el 30 de septiembre de ese año. Es decir, dos meses es el plazo habitual para terminar un balance.

Producto de la pandemia en el año 2021, más de un año después, se trató el balance cerrado en el año 2020.

No existe ningún justificativo para que el balance del ejercicio de año 2021 (repito cerrado el 30 de septiembre de 2021) aún no esté terminado. Y mucho menos que no lo puedan tener para marzo de 2022.

El único motivo debe ser la vergüenza y la cobardía de querer presentarlo por parte de esos 6 consejeros que sacaron innumerables ventajas de su paso por el Consejo de Administración.

Ya el balance del ejercicio tratado en la última asamblea, a pesar de los dibujos realizados para intentar maquillar la pésima administración, dieron resultados catastróficos para la CEEL.

El ejercicio que se debería tratar en la próxima asamblea es aún peor.

La negativa a llamar a elecciones persigue un solo fin: el ganar tiempo para intentar dibujar los números que, de igual manera, serán espantosos, y de ese modo intentar en las próximas elecciones ganar de nuevo para seguir usufructuando del manejo arbitrario del dinero de los socios.

Llevará mucho tiempo, si es que realmente existe la voluntad, enderezar más o menos el rumbo de la CEEL tras el paso de Romero y sus cómplices por la entidad.

No existen los milagros: nadie puede solucionar la falta de inversión de más de una década en un par de meses.

No es posible brindar de golpe mejores servicios en una cooperativa desbastada por 11 años de desgobierno.

Pero mientras tanto Otazú, Ortega, Kumm, y Romero pretenden perpetuarse en el poder con el argumento infantil de que el “balance no está terminado”.

En marzo hará 6 meses que cerró el ejercicio del 2021 (al 30 de septiembre)… ¿Existe una demostración mayor de la incapacidad de quienes gobernaron la CEEL durante 11 años, que no poder terminar un balance en 6 meses?