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Sandra Ribeiro, de 37 años, logró separarse y conseguir una orden de restricción, pero la ex pareja la vigila de cerca y amenaza con desalojarla de su propia vivienda.

Tras la intervención de la Justicia, Sandra Ribeiro (37) logró que su ex pareja deje el hogar, pero ahora es hostigada por terceros para abandonar la casa que meses antes habría sido adquirida por ambos con el dinero de la venta de otra propiedad.

El drama es vivido por una mujer que durante 24 años estuvo casada con Daniel Rodríguez (40), con quien tiene cuatro hijos y actualmente se encuentra embarazada del quinto que, según contó, fue concebido tras una golpiza y una relación sexual forzada.

El calvario de Sandra Ribeiro está lejos de terminar ya que, tras  varios años de sufrir violencia, la mujer logró la separación de su esposo, de quien se encuentra resguardada por la Justicia con una orden de restricción.

Pero, no obstante a ese avance, hoy teme perder el techo que cobija a ella y a su hija debido a que la casa en la que habita desde marzo de este año, ubicada en barrio Altos del Paraná, fue ocupada de forma parcial por terceros que la amenazan para que se vaya.

En diálogo, la mujer contó que, luego de tantos años de sufrir, se separó en diciembre del año pasado, después de que su hija mayor viera a su padre ejerciendo violencia sobre su madre y decidiera denunciarlo.

“Mi hija vio y lo denunció, él fue preso y se tramitó la primera orden de alejamiento. A principios de marzo, cuando yo me enfermé él se acercó y me dijo que iba a cambiar y que para eso íbamos a vender la chacra y nos veníamos a Iguazú. Yo acepté, pero después me arrepentí”, relató la entrevistada.

“Vinimos a Iguazú y compramos dos casas. La más grande tiene dos pisos y varios locales para alquilar, está ubicada sobre la calle Ámbar, en barrio Altos del Paraná, y es en la que estoy viviendo con mi hija menor, de 11 años. Él está viviendo en la otra casa que está cerca, sobre la misma calle, y de allá me controla, sabe quién entra y quién sale, con quién hablo o dejo de hablar”, aseguró Ribeiro.

Después de la orden judicial que determinó que el hombre debía dejar la casa, la mujer recibió una serie de amenazas hasta que, hace aproximadamente 15 días, el anterior propietario ingresó al predio y exigió que la mujer desaloje el lugar.

“El dueño anterior arregló con mi ex para sacarme de acá y hasta me intimaron que pague el alquiler de la casa, siendo que nosotros la compramos en marzo, pero no llegamos a hacer los papeles. Hoy me quieren sacar de mi casa porque esta propiedad vale más que la que Daniel está ocupando”.

Según el documento, que se pudo contemplar, la mujer se hizo presente ante el Juzgado de Familia, presidido por el juez Vetter, y dejó asentada la situación por la que está pasando. En su declaración asegura que es la propietaria, que se encuentra embarazada de su ex esposo y que concibió el bebé en una relación sexual forzada y violenta por la que hizo una denuncia en la Comisaría de la Mujer.

“Estoy desesperada, si no fuera por los vecinos que me traen para comer yo no tendría porque no puedo salir de la casa. Si salgo para ir al médico se tiene que quedar alguien porque no me van a dejar entrar. No puedo seguir viviendo así y nadie me escucha”, remató.