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Mario A. (28) y Santiago S. (27) están acusados de “robo agravado, derivando en homicidio”. Ambos se abstuvieron

Mientras familiares, amigos y la comunidad en general aguardan para dar el último adiós a quien en vida fuera Gladis Beatriz Gómez (39), cuyo deceso se produjo a consecuencia de un balazo en la cabeza al ser asaltada en su comercio, los dos sospechosos que tiene la causa fueron imputados por el juez de Instrucción de San Ignacio, Pedro Piris, subrogante del Juzgado de Instrucción Uno de Oberá.

Se trata de Mario Antonio A. (28) y Santiago Miguel S. (27), ambos domiciliados en el barrio Caballeriza de Oberá, sobre quienes pesa la carátula de “robo agravado por el uso de arma de fuego, derivando en homicidio”.

El primero fue detenido el miércoles pasado y en el allanamiento de su vivienda procedieron al secuestro de prendas de vestir, dos celulares y un proyectil calibre 32, presumiblemente similar al utilizado para agredir a la víctima.

Según los pesquisas, habría indicios para sindicar a Mario Antonio A. como autor material del hecho.

En tanto, su presunto cómplice fue aprehendido el último sábado, operativo que incluyó el secuestro de una motocicleta 125cc. Al respecto, los investigadores tendrían elementos para acusar a Santiago Miguel S. de ser el conductor de la moto en la que se movilizaron los asaltantes.

Un vocero del caso confirmó que ambos sospechosos fueron notificados de la acusación en su contra, designaron a sus respectivas defensas y se abstuvieron de declarar.

Ayer fue citado el segundo de los detenidos, quien es asistido por un defensor particular.

En diálogo, el letrado argumentó que si bien por el momento su cliente se abstuvo de dar su versión, en los próximos días podría declarar.

En principio, mencionó que el imputado tendría una coartada para el día del hecho y aseguró que compró la moto luego del asalto, de lo que tendría pruebas.

Once días de agonía
El pasado 2 de marzo Gladis Beatriz Gómez fue asaltada por motochorros en su despensa de calle Piedrabuena, esquina Colombia, en el barrio Loma Porá de Oberá.

Según su propio relato antes de entrar en shock, los autores del hecho fueron dos motochorros que no se sacaron los cascos, uno de los cuales le disparó un tiro en la cabeza, a pesar de que no se resistió al asalto.

Si bien vecinos que la asistieron mencionaron que la mujer dijo que estaba por entregar la plata y el ladrón igual le disparó, desde la Unidad Regional II vienen informando que Gómez dijo que no tenía dinero, lo que habría originado que le disparen.

En lo que no hay dudas, es en que el testimonio de la comerciante direccionó la investigación hacia dos motochorros. Luego se sumó el aporte de vecinos, quienes no dieron detalles sustanciales sobre los autores, como también se procedió al análisis de las grabaciones de las cámaras de seguridad de la zona.

A consecuencia de la gravísima lesión la mujer permaneció internada once días en el Hospital Samic en coma inducido con altas dosis de sedación en terapia intensiva y con asistencia respiratoria mecánica.

Desde un primer momento los profesionales a cargo reconocieron la imposibilidad de extraer la bala por el riesgo que implicaba el procedimiento, expectantes a la reducción de un edema que ejercía presión en la zona.

Incluso, por la gravedad del cuadro ni siquiera fue posible realizar la intervención para extraer el coágulo.