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Así lo reconoció el subgerente de Sistema de Información y Alerta Hidrológico del Instituto Nacional del Agua (INA), Juan Borús, quien dijo que las proyecciones de recuperación “no son buenas”. En junio se cumplirán tres años de sequía predominante en la región.

El bajo nivel de los ríos, como consecuencia de la falta de precipitaciones en toda la región, seguirá al menos “hasta el final del otoño y sólo con recuperaciones parciales”, de acuerdo a lo manifestado por el subgerente de Sistema de Información y Alerta Hidrológico del Instituto Nacional del Agua (INA), Juan Borús.

También remarcó que el caudal actual de los ríos Paraná e Iguazú son iguales de deficitarios que el año 2020 cuando “todos se asombraban de las Cataratas con poca agua, era noticia a nivel nacional, pero hoy está igual y nadie va a sacarles fotos, no le prestan atención”.

En diálogo con Borús señaló que “en principio la previsión hacia adelante no es la mejor, no muy buena. Lamentablemente se van a terminar cumpliendo tres años en junio seguidos de sequía predominante en toda la Cuenca del Plata. Es un escenario llamativo, extraordinario, porque no tenemos algo que se le parezca en el pasado salvo yéndonos muy atrás hasta la década del 40 y tampoco nos sirve de referencia porque la Cuenca y la región en general ha cambiado lo suficiente para que la comparación se complique bastante”.

Agregó que “la provincia de Misiones cambió, al igual que el Este paraguayo porque se hizo un uso del suelo distinto, por lo tanto la respuesta es diferente. Concretamente hubo cambios que para entender esta situación y tener la respuesta hidrológica de la región ante las lluvias hay que analizar muy en detalle cómo está cada parte de la Cuenca, los estados de Paraná, San Pablo, Mato Grosso Do Sul, el Este paraguayo y la misma provincia de Misiones”.

Mismo caudal, sin fotos

Borús remarcó que “la situación que estamos viviendo ahora no se diferencia mucho de la que teníamos en abril o mayo de 2020, momentos en los que estuvimos sorprendidos e impactados por la situación que estábamos viviendo. Hoy, por ejemplo, el caudal en Cataratas del Iguazú está en el orden de los 400 a 450 m3/s que es muy inferior a lo normal, una cuarta parte”.

Además agregó que “Incluso hemos tenido ya en lo que va del año algunos momentos en los cuáles el caudal de agua en Cataratas bajó hasta los 250 m3/s y ya nadie va a sacar fotos de esa realidad, como ocurrió en marzo de 2020 cuando todo el mundo estaba sorprendido por la bajante y había imágenes de las Cataratas sin agua por todas partes, en los noticieros. Hoy nadie presta atención y está exactamente igual, no ha cambiado nada continúa el poco caudal como hace dos años atrás”.

El ingeniero no quiso definir como una naturalización a la bajante de los ríos por parte de la población, “aunque de alguna manera es así pero por otro lado el impacto que está provocando ha sido considerado. Se tomó conciencia, y es un punto a rescatar, que por más que vivamos en el tercio húmedo de la argentina aún así tenemos la posibilidad de vivir situaciones como ésta, de carencia de recurso hídrico y entonces tenemos que cuidarlo”.

Remarcó que “aún así cuando tenemos buena situación hídrica, hay que captar el agua fluvial para el consumo humano , ya sea en Puerto Iguazú, Montecarlo, Puerto Rico o Posadas, en cualquier zona , esa captación y tratamiento de potabilización tiene un costo. Es por eso que el cuidado del uso del recurso tiene que ser un tema de todos los días. En el caso de la provincia de Misiones sabíamos que más allá de que los ríos estén bien no necesariamente en el verano haya buena disponibilidad de agua en el centro de la provincia y en este caso tuvimos las dos cosas: carencia de agua subterránea, o condicionada y niveles tanto del Paraná como del Uruguay e Iguazú bajísimos. Eso se mantiene con oscilaciones con cambios de corto plazo pero continúan siendo lo mismo”.

Sin visos de que vaya a cambiar

Acerca de cuándo cambiarían las condiciones hídricas en la región y qué tiene que ocurrir para ello, Borus manifestó que “hace falta que se modifique el patrón climático que estamos viviendo que se caracteriza, casi siempre, por lluvias por debajo de lo normal o con eventos ocasionalmente muy erráticos concentrados, espacial y temporalmente, con alguna intensidad como se vivió hace poquito tiempo en Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes y Misiones pero que son aislados, tienen un efecto de corto plazo y no cambian el escenario general con un predominio de lluvias por debajo de las normales y con humedad del suelo preponderantemente de déficit”.

En el mismo sentido dijo que “el aporte del río Paraná desde Brasil, desde Itaipú hacia abajo, continúa sin visos de que vaya a cambiar mucho en el orden de 7000 m3/s cuando tenía que ser el doble a esta altura del año por lo menos un 80% más. Esto es así porque toda la alta cuenca no se ha recuperado, los embalses con las lluvias del verano no alcanzaron para obtener los niveles habituales. Los brasileños están confiados que se alcance el volumen necesario para abrir en abril la hidrovía Tieté-Paraná, que depende que algunos embalses en especial estén en niveles razonablemente altos y eso recién se está empezando a querer lograr con mucha regulación”.

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