La responsable es Florencia Saintout, titular del Instituto Cultural provincial, que viene de sendos fracasos en la ciudad de La Plata. Llevó adelante un programa de actividades para los más chicos durante las vacaciones de invierno y las propias familias repudiaron el adoctrinamiento solicitando “ayudar a pensar y no imponer qué pensar”.

Una vez más, el gobierno de Axel Kicillof, a través de la titular del Instituto Cultural de la provincia de Buenos Aires, Florencia Saintout, fue acusado de adoctrinar a los más chicos y utilizar actividades oficiales del organismo bonaerense para hacer propaganda política.

La dirigente kirchnerista, que fue considerada una paria por sus propios correligionarios tras fracasar en reiteradas ocasiones en la ciudad de La Plata, organizó un programa llamado “Vacaciones Divertidas”, que tiene el objetivo de ofrecer actividades recreativas en distintas localidades de la provincia de Buenos Aires durante las vacaciones de invierno.

Sin embargo, tras un evento en Cañuelas, Saintout volvió a quedar en el centro de la polémica. Durante la actividad, que consistía en espectáculos de música, clowns y un cine móvil, las propias familias denunciaron que la dirigente K “decoró” el evento con banderas de La Cámpora. En respuesta, el bloque de concejales de Juntos por el Cambio local, emitió un comunicado denunciando a Saintout por adoctrinar a los niños, asegurando que “hay que enseñar a pensar, y no imponerles qué pensar”.

“El adoctrinamiento político es una práctica que se ha ido naturalizando en las últimas décadas y cada vez avanza más hacia las primeras infancias”, advirtieron los ediles locales, sugiriendo además que “la formación de niños y jóvenes debe centralizarse en enseñar a pensar, proporcionándoles las herramientas para alcanzar un análisis y espíritu crítico y ser capaz de elegir libremente”.

El repudio generalizado a las acciones de Saintout remite, una vez más, a su gestión al frente de la facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata, que todavía controla políticamente, en la que la imposición de ideas kirchneristas provocó un éxodo sin precedentes entre los alumnos. Fue justamente desde en su pasado rol como decana que le entregó el premio Rodolfo Walsh de la UNLP al dictador venezolano Hugo Chávez por su compromiso con la libertad de prensa.