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El lugar fue visitado por la arqueóloga Lorena Salvatelli. A grandes rasgos, se logra distinguir que se trataría de una construcción que remitiría a principios del siglo XX

A fines del mes pasado, un grupo de obreros que trabaja en tareas de remodelación sanitaria en el Módulo de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de Misiones (Unam) de Apóstoles se encontró con un espacio subterráneo desconocido hasta entonces. “Estábamos picando y se cayó una tapa”, contó uno de los albañiles.

Ante el hallazgo, los operarios llamaron a sus superiores y también se acercaron docentes y personal de la casa de estudios que está ubicada en la calle Pellegrini al 269. Nadie sabía de la existencia de un pozo subterráneo en el edificio donde hoy se dictan las carreras de Analista en Sistemas de Computación, Profesorado Universitario en Computación y Licenciatura en Sistemas de Información.

En la búsqueda de respuestas, intervino la arqueóloga Lorena Salvatelli del Ministerio de Cultura de Misiones. “En principio, es el pozo de agua con un espacio que tiene pavimento de ladrillo y la posibilidad es que la construcción sea de principios del siglo XX”, indicó en conversación telefónica con El Territorio. Sin embargo, aclaró: “No sabemos si son túneles o no porque no pudimos bajar. La apertura desde donde se ve el pozo no tiene forma de poder acceder al espacio de manera segura”.

La especialista continuó explicando que “desde arriba no se logró identificar materiales utilizados por los jesuitas, como la arenisca” y que “el brotal, que es la parte superior del pozo, posiblemente llegaba a lo que hoy es el piso actual o un poco más arriba, pero no sabemos porque está cortado el pozo”.

“Hicimos una observación a grandes rasgos por fotografías que sacamos desde la distancia al no poder acceder. Pensé que iba a poder bajar pero al llegar al lugar me di cuenta que era imposible porque es un pozo de más de 15 metros y el espacio que había para poner la escalera estaba muy cercano al borde y se resbalaba”, dijo. Asimismo, para graficar lo complejo del terreno, añadió: “estar acostada en el piso es como tener la cabeza adentro del pozo y da vértigo la profundidad”.

La solución fue tomar fotografías y videos para poder indagar, “pero al estar sucio, desde lejos y sin luz no podemos decir mucho más”. “Posiblemente en el momento del uso del pozo el sector de ladrillo con pavimento se trataba de un espacio sin techo, una galería o algún espacio abierto similar”, analizó la arqueóloga. Sobre esa línea, distinguió que “los ladrillos son más grandes que los actuales, por lo cual también darían la idea de una construcción correspondiente a principios de siglo XX”.

En el lugar se encontraron materiales que no se pudieron levantar, como “latas, fragmentos de vidrios y botellas enteras”.

Tampoco existen planos de una construcción previa a la actual casa de estudios, por lo que la teoría más fuerte es que el espacio subterráneo haya sido utilizado cuando estaba en funcionamiento el Club Social de Apóstoles, aunque se desconoce si el sector encontrado fue construido en ese momento o pertenece a una edificación previa.

Los memoriosos recuerdan que hasta 1987 hubo fiestas y eventos en dicho lugar, que luego entró en decadencia hasta que años después el predio fue donado a la Unam.

“Tenía intención de descifrar todo pero era imposible ingresar”, recalcó Salvatelli.

En tanto, señaló que “la empresa tiene que seguir la construcción que estaba haciendo así que queda en manos de ellos y de la Municipalidad lo que se vaya a hacer, pero pedimos tanto a los operarios como a la intendencia que si abrían por otro lado o por alguna causa, nos avisen para hacer un relevamiento más exhaustivo para ver el tamaño de ese espacio y obtener más información”.