El nivel educativo de las mamás, el acceso a los libros en el hogar, no tener hijos y trabajar son algunas de las características que tienen en común los que alcanzan buenos niveles de aprendizaje pese a vivir en situación de pobreza.

La pobreza impacta en el nivel de aprendizaje de los estudiantes y el Operativo Aprender (2019) ofrece una medición sobre esta problemática: sólo el 14% de los estudiantes del último año de secundaria en situación de pobreza tiene buen desempeño en Aprender. En cambio, entre los estudiantes de mayor nivel socioeconómico, el 38% alcanza buen desempeño (es decir, nivel satisfactorio o avanzado en lengua y en matemática).

No obstante, aunque el nivel socioeconómico bajo suele asociarse con bajos niveles de aprendizaje, hay un 14% que logra buenos desempeños, es la excepción en el sistema educativo argentino. Y en ello inciden los llamados “factores protectores”: el nivel educativo de las madres, el acceso a libros en el hogar, no tener hijos y no trabajar. Los datos surgen del informe “Desempeño escolar y pobreza”, del Observatorio de Argentinos por la Educación, con autoría de Martín De Simone (Banco Mundial), Martín Nistal y Eugenia Orlicki (Observatorio de Argentinos por la Educación).

A partir de los resultados de Aprender 2019 (que evaluó a los alumnos del último año de secundaria en lengua y matemática) y de la Encuesta Permanente de Hogares, el informe se enfoca en los desempeños de los estudiantes en situación de pobreza, que representan el 40,4% del total. Las cifras se refieren al ámbito urbano.

Qué los hace resilientes

En Argentina el nivel socioeconómico de las familias guarda estrecha relación con el desempeño escolar. El 33% de los estudiantes que habitan hogares de Niveles Socioeconómicos (NSE) bajo se ubica por debajo del nivel básico en lengua; la cifra se reduce al 9% entre estudiantes de NSE alto.

En matemática, por su parte, el 64% de los estudiantes de hogares con NSE bajo se ubica por debajo del nivel básico, pero esta proporción se reduce al 24% entre estudiantes de NSE alto.

Sin embargo, hay estudiantes que pese a encontrarse en situación de pobreza llegan al último año del secundario y obtienen buenos resultados en las pruebas estandarizadas: son “resilientes”, en el sentido de que se sobreponen a las condiciones adversas de su entorno. Los datos sugieren que existen algunos “factores protectores” que les permiten lograr buenos desempeños escolares a pesar de sus condiciones de vida.

“Estos estudiantes resilientes son la excepción. Entender qué factores los ayudan a desempeñarse bien es fundamental para el diseño de políticas públicas que puedan mejorar no sólo los niveles de acceso a la educación de los estudiantes en situación de pobreza, sino también el aprendizaje que adquieren una vez que están en la escuela. Esto es crucial dada la evidencia existente que muestra que el aprendizaje adquirido es un factor más importante que la mera asistencia a la hora de influenciar la trayectoria de vida de los estudiantes”, explicó Martín De Simone, coautor del informe.

Nivel educativo materno y libros en el hogar

Uno de los factores “protectores” es el nivel educativo materno. Entre los estudiantes pobres con buen desempeño, el 35,5% tiene madres que alcanzaron el nivel secundario completo o más. En el caso de aquellos estudiantes con bajo desempeño, ese porcentaje se reduce al 27,2%. Otro factor es la cantidad de libros en los hogares.

Sólo en el 8,3% de los hogares de los estudiantes con buen desempeño no hay libros, mientras que en el caso de los estudiantes con bajo desempeño ese porcentaje aumenta a 22%. “Los niveles de educación alcanzados por los jóvenes y sus logros educativos están muy fuertemente condicionados por la situación socioeconómica de sus padres, especialmente el nivel educativo de la madre y la estructura familiar.  Este reporte nos presenta un panorama sombrío con respecto a la transmisión intergeneracional de la pobreza a través de la educación. Pero también da una nota esperanzadora al señalar que, cuando el ambiente de aprendizaje en la escuela es positivo, aun jóvenes de familias vulnerables pueden tener mejor desempeño”, afirmó el director del Centro de Estudios para el Desarrollo Humano de la Universidad de San Andrés, Mariano Tommasi.

Factores para la mejora de aprendizajes

Según el docente e investigador UNSAM/UNIPE, Marcelo Kricheskyeste estudio confirma una vez más los niveles de determinación social, materializada en la condición de pobreza y vulnerabilidad de los estudiantes, en las trayectorias educativas y sus respectivos aprendizajes. No obstante, también ilustra muy bien cómo el clima educativo del hogar, por los niveles de instrucción familiar y los textos que circulan en sus respectivos hogares, es un factor significativo de influencia.

Por ello, indicó que “habría que identificar qué cuestiones relativas a las condiciones de escolarización, propio de la gramática escolar intervienen en dichos resultados, considerando que los mismos requieren de una lectura multicausal, donde el formato escolar y las relaciones pedagógicas tienen un papel singular”.

Por su parte, el investigador del Centro de Estudios sobre Población, Empleo y Desarrollo (CEPED) de la UBA, Juan Graña, señaló que “en el acuciante estado de la educación en Argentina, el informe apunta a debatir otros factores que puedan aportar a la mejora en los aprendizajes. Es sumamente importante incorporarlos al debate porque sino terminamos exigiendo a la escuela que además resuelva problemas generados por el deterioro de las condiciones de vida de la población en los últimos lustros”.

Maternidad y trabajo

Ser padres en la adolescencia implica asumir responsabilidades de cuidado y laborales que -lógicamente- inciden en el rendimiento escolar tanto de las y los estudiantes. Entre las estudiantes con buen desempeño sólo el 1,9% tiene hijos, mientras que este número asciende a 4,6% entre las estudiantes de bajo desempeño.

Lo mismo ocurre en el caso de los varones: el 1,6% de los estudiantes de buen desempeño y el 3,1% de los de bajo desempeño, tienen hijos.

En esta misma sintonía, hay una mayor proporción de estudiantes con buen desempeño entre quienes no trabajan, tanto mujeres como varones. En el caso de los varones que tuvieron un buen desempeño, sólo el 36,7% trabajó las dos últimas semanas, mientras que en el caso de los de bajo desempeño el porcentaje aumenta al 55,4%.

Perspectivas de futuro

Las percepciones de los estudiantes sobre los aprendizajes muestran una relación marcada con los desempeños. Aquellos con buen desempeño sostienen que les es más fácil comprender y escribir un texto, exponer oralmente y resolver problemas.También existen diferencias sobre sus perspectivas a futuro.

El 69,2% de los estudiantes pobres con buen desempeño planea seguir estudios universitarios; la cifra desciende al 51,1% entre quienes tienen bajo desempeño. Sólo el 15,5% de los estudiantes con buen desempeño planea seguir estudios terciarios y el 4,1% piensa sólo trabajar cuando termine el secundario. Entre los estudiantes con bajo desempeño, estos porcentajes aumentan a 23,4% y 9,3% respectivamente.

Gran brecha educativa

El informe de Argentinos por la Educación se basa en datos del Operativo Aprender realizado antes de la pandemia a los alumnos del último año del secundario. No obstante, los resultados de la Prueba Aprender de 2021, donde se evaluaron los aprendizajes en lengua y matemática de los alumnos de sexto grado de primaria, fueron aún más contundentes.

El impacto de la condición socioeconómica en los resultados de aprendizaje amplió aún más la brecha entre los alumnos.

En lengua las mayores brechas entre los niveles socioeconómico alto y bajo se observan en Buenos Aires (53,5 puntos), San Juan (51,2 puntos) y Santa Fe (50,6 puntos). Las menores diferencias se ven en Formosa (31,2 puntos), Santiago del Estero (34,9 puntos) y Misiones (36,7 puntos).

En Misiones, cuatro de cada diez alumnos de sexto grado de primaria de nivel socioeconómico bajo no lograron conocimientos básicos de lengua y matemática (40,2 en matemática y 40,1 en lengua), mientras que el 19,3 y el 13,9 de sus pares del sector socioeconómico alto estuvieron en esta situación, es decir menos de la mitad.