La desesperanza, el desencanto, la búsqueda de anhelos personales, el desarrollo profesional, la estabilidad económica y la historia inmigratoria familiar, figuran entre las principales causas.
Empujados por la crisis económica y la incertidumbre que la pandemia acentuó, crece entre los sectores medios urbanos la idea de vivir fuera de la Argentina. Así se desprende de un sondeo de opinión realizado por la Fundación Colsecor, que advierte que 8 de cada 10 se instalaría definitivamente en el exterior y que este sentimiento es mayor que en 2021.
Hoy, la hostilidad del actual mercado laboral y el desasosiego que genera la pandemia no hacen más que fortalecer el deseo de muchos jóvenes de aventurarse a una experiencia nueva a miles de kilómetros de distancia, con el objetivo de apostar al crecimiento personal.
Desde la significativa emigración de 2001 y 2002, la posibilidad de residir en el exterior volvió a ser un pensamiento convocante para los argentinos desde hace dos años.
“Si tuviera la posibilidad de irse del país, ¿cuán probable sería que usted se vaya?”, fue la pregunta que hizo la Fundación Colsecor durante un relevamiento de campo.
Mientras que el 78% de los encuestados, entre 15 y 24 años, respondió de manera afirmativa; el año pasado sólo lo había hecho el 60%.
La desesperanza, el desencanto, la búsqueda de anhelos personales, el desarrollo profesional, la estabilidad económica y la representación simbólica de la historia inmigratoria familiar emanan como las principales causas de esta tendencia que no para de crecer.
“Los jóvenes son los menos optimistas, son especialmente sensibles a desarrollar sentimientos de pesimismo en un clima social agitado”, advierte la investigación titulada “Medición de Calidad de Vida en Pueblos y Ciudades en Argentina”.
Según explicó el psicoanalista y miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina, Maximiliano Martínez Donaire, “que los jóvenes quieran buscar algo acorde a sus deseos no constituye algo novedoso en sí mismo”. “A lo largo del tiempo siempre hubo gente que elige ir a buscar proyectos de vida a otros países. Pero sí es probable que en distintos momentos históricos y sociales esto se incremente o se reduzca. Es allí donde surge la siguiente pregunta: ¿por qué es que creen que en otro lugar podrían tener mejor fortuna u obtener mejores posibilidades? La respuesta es heterogénea. Pero aún así, podemos apuntar a algunas notas generales”, aseguró el especialista.
Y añadió: “Existe una parte de esto que puede medirse más objetivamente en términos del desarrollo y la economía de los países. Desde el psicoanálisis, sin embargo -más allá de las posibilidades que un país dé o facilite a las personas para que desplieguen sus proyectos- se puede observar que muchas veces los jóvenes tienen un alto nivel de incertidumbre personal que se refuerza o se complementa con la incertidumbre que pueda generar un país. Que los jóvenes quieran buscar algo acorde a sus deseos no constituye algo novedoso en sí mismo.
Del informe también se desprende que, cuando se comparan los indicadores de servicios educativos, de salud y de transporte, se evidencia una caída significativa en la percepción de satisfacción con la vuelta a la presencialidad. En 2022 se ubicó en el 48% cuando el año pasado había alcanzado el 60%.
Otro tema sensible es el acceso al crédito ya que, ante la consulta “¿Y qué tan satisfecho/a se siente con las posibilidades de acceso al crédito en la localidad donde vive?”, este año apenas el 36% respondió afirmativamente contra el 46% del año pasado.
Y si bien el 64% declaró que disfruta de la vida, hubo una leve caída comparada con 2021. Además, se encontraron diferencias con respecto a la localización de las personas consultadas: hay más disfrute en las localidades con menos de 10 mil habitantes (63%) que en las de más de 100 mil habitantes (56%).
Ya pasada la crisis pandémica, el valor de la libertad (47%) se ubica primero en el ranking, seguido por la solidaridad (35%) y el orden (19%). Esto representa un cambio respecto al 2021, donde la solidaridad resultó el valor más elegido.
A los encuestados también se les consultó cuán de acuerdo están con que el Estado tenga un rol importante en la vida en sociedad. Casi un 20% se expresó en disconformidad y, por el contrario, un 13,8% se pronunció a favor.
Por otra parte, los encuestadores indagaron respecto de la libertad de Mercado como mecanismo de funcionamiento de la economía. En este punto, en una escala del 1 al 10, el valor más elegido fue el 5, con un 17,1%. Además, un 14,8% se manifestó “muy defensor del Mercado”.