El jefe de gobierno porteño habló de la tensión que exhibe el PRO aunque aclaró que “prefiere discutir internamente”. Además se refirió a la propuesta de Cristina Kirchner de “replantear” el funcionamiento de la Ciudad de Buenos Aires: “Es lo que hizo Chávez con Caracas”
El jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta se refirió públicamente a la tensión interna que exhibe el PRO, luego de las críticas de la presidenta del partido, Patricia Bullrich, al manejo de la crisis derivada de las manifestaciones frente al departamento de la vicepresidenta Cristina Kirchner. “A mí me toca actuar, no opinar desde afuera”, aseveró Larreta en un tiro por elevación a su eventual adversaria dentro del frente opositor Juntos por el Cambio en la carrera presidencial que se avizora para el año 2023.
Larreta no negó que hubo fuertes diferencias, que se plasmaron en el almuerzo que mantuvieron el martes 30 de agosto los líderes de uno de los partidos que conforman la columna vertebral de la oposición, convite del que fue parte el ex presidente Mauricio Macri. “Todas las discusiones internas hay que tenerlas internamente, no las hago públicas”, subrayó durante una entrevista
Tras defender su postura, Larreta resaltó que “no sirve una Argentina donde echemos nafta al fuego”, en contraste con las declaraciones altisonantes de la presidenta del PRO, quien había sugerido que el gobierno porteño lució “debilucho”, luego de que la policía levantara el operativo montado en los alrededores de la casa de Cristina Kirchner frente al avance de los militantes que la apoyaban.
“No es lo mismo el que gobierna que el que opina desde afuera”, fue la respuesta del jefe de gobierno de CABA, diferenciándose del pedido de Bullrich de “sostener las vallas”.Maximiliano Luna
La discusión deriva de la escena que se repitió la última semana en el barrio de Recoleta, en la esquina de Uruguay y Juncal, donde se ubica el edificio en el que reside Cristina Fernández de Kirchner. El sitio se convirtió en epicentro de manifestaciones como reacción a la situación judicial que atraviesa la Vicepresidenta. Desde que el fiscal Diego Luciani pidió que sea condenada a 12 años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos por hechos de corrupción que se investigan en la causa denominada Vialidad, distintos grupos, a favor y en contra de la líder del kirchnerismo, se dieron cita en la esquina para manifestarse.
Durante el último fin de semana de agosto, frente a una nutrida concurrencia de manifestantes que montaron una vigilia en el lugar, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires decidió enviar a las fuerzas de seguridad para poner un freno a la situación que se iba conformando. El sábado se montó un vallado, que luego fue derribado por manifestantes.
Eso motivó las críticas de Patricia Bullrich, quien sugirió que el gobierno que encabeza Rodríguez Larreta había evidenciado una posición débil frente a la manifestación.Militantes afines al kirchnerismo en las inmediaciones de la casa de la vicepresidenta Cristina Fernández, en la esquina de las calles Uruguay y Juncal del barrio porteño de Recoleta
“Yo no creo que la violencia se enfrente con más violencia. El orden público se repuso manteniendo la paz social, fue muy difícil, la violencia no escaló”, dijo Larreta, defendiendo el accionar de los uniformados que pertenecen a la Ciudad de Buenos Aires, de quienes dijo que están “entrenados y preparados profesionalmente”.
Asimismo aclaró que “a las vallas las voltearon los manifestantes. Ahí la policía se plantó”.
La interna entre dos de los principales referentes del PRO se enmarca en el recorrido que la oposición está desandando con miras a las elecciones presidenciales del próximo año. Tanto Horacio Rodríguez Larreta como Patricia Bullrich dejan ver sus intenciones de transformarse en el candidato a presidente de Juntos por el Cambio, que contiene al PRO, a la Unión Cívica Radical, a la Coalición Cívica, entre otros partidos.
La comparación entre Cristina Kirchner y Hugo Chávez
En otro pasaje de su intervención, Rodríguez Larreta expresó su rechazo a la propuesta sugerida por CFK de “replantear el funcionamiento jurisdiccional de la Ciudad de Buenos Aires”, argumentando que “la Constitución no habla de autonomía” y que se trata de una ciudad “que pertenece a todos los argentinos”.
“Lo que está proponiendo para la Ciudad Autónoma Buenos Aires es lo que hizo Chávez con Caracas, es el último antecedente que hay en una capital latinoamericana”.
“Se sacó la careta, quiere quedarse con la Capital, se develó el odio, el rencor que venía mostrando con la ciudad desde hace años”, afirmó Larreta. En esa línea sostuvo: “les digo a los porteños, a los argentinos en realidad, que no se va a quedar Cristina Kirchner con la Ciudad de Buenos Aires, quédense tranquilos”.