Las autoridades nicaragüenses le habán informado en la semana a Bettina Muscheidt que habia sido declarada persona non grata y que debía abandonar el país.
La Unión Europea (UE) dijo este domingo que “lamenta profundamente y rechaza” la expulsión de su embajadora en Nicaragua, la alemana Bettina Muscheidt, anunciada la semana pasada por el gobierno del presidente Daniel Ortega, y advirtió que “responderá de manera firme y proporcionada”.
“La UE lamenta profundamente y rechaza esta decisión injustificada y unilateral”, afirmó el bloque en un comunicado publicado esta tarde en su página web.
“También lamenta profundamente la desproporcionada e injustificada decisión unilateral tomada el viernes por el gobierno de Nicaragua de cortar los lazos diplomáticos con el reino de los Países Bajos y expresa su apoyo incondicional al gobierno neerlandés”, agregó la nota.
El documento advirtió que esas “acciones hostiles e injustificadas no solo afectarán las relaciones bilaterales entre Nicaragua y la UE y sus Estados miembros, sino que también conducirán a un mayor aislamiento internacional de Nicaragua”.
Señaló asimismo que “en este contexto, la UE está considerando el amino apropiado a seguir y responderá de manera firme y proporcionada”.
El texto subrayó que “la actual crisis política en Nicaragua debe resolverse a través de un diálogo genuino entre el gobierno y la oposición”.
Autoridades de Nicaragua informaron el miércoles pasado a Muscheidt que habia sido declarada persona non grata y que debía abandonar el país el sábado.
Medios nicaragüenses especularon entonces que la medida podía deberse a que dos días antes, en la Asamblea General de la ONU, la UE reclamó a Nicaragua “poner fin a la represión” a opositores, sacerdotes y periodistas independientes, y exigió restaurar “la democracia”.
Por otra parte, la cancillería nicaragüense comunicó el viernes al gobierno de los Países Bajos su “decisión de discontinuar inmediatamente las relaciones diplomáticas” ante su “reiterada posición injerencista, intervencionista y neocolonialista”.
“No queremos relaciones con ese gobierno intervencionista”, había dicho Ortega un rato antes, en un acto oficial.
El presidente reaccionó así a una visita de la embajadora neerlandesa para América Central, Christine Pirenne, quien llegó a Managua el jueves, procedente de Costa Rica, donde tienen su sede, para informar que no financiarían la construcción de un hospital.
Ortega acusó a la diplomática de hablarle a los nicaragüenses como si fuera una colonia.