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Las continuas celebraciones se convierten en un desafío para quienes sufren de adicción al alcohol y su entorno. Desde el Centro de Contención de Cáritas y el Centro Manantial de Posadas sugieren reforzar los vínculos y atinar al diálogo para acompañar el proceso de recuperación.

El flagelo de las adicciones a sustancias legales e ilegales permanece candente en la provincia y las estadísticas indican que las personas comienzan a consumir a edades cada vez más tempranas.

Quien padece alcoholismo lucha contra una enfermedad física y psicoemocional que implica una fuerte dependencia al hábito de beber y también deriva en un asunto de suma responsabilidad para su entorno, que es el que debe ayudar en el proceso de recuperación.

Las épocas festivas más que un obstáculo significan un desafío para las personas adictas al alcohol, porque usualmente las celebraciones se condicen con un aumento del consumo de bebidas. Diciembre de por sí es un mes de estas características, por navidad, la cena de año nuevo y las despedidas de año; sin olvidar los festejos continuos que se vivieron durante el mundial de fútbol.

En Posadas funcionan distintas organizaciones sin fines de lucro que se dedican a escuchar y asistir a personas que sufren adicciones. En esta oportunidad se conversó con Danilo Ces, quien trabaja en el Centro de Contención y Prevención de las Adicciones de Cáritas ubicado sobre la calle Félix de Azara Nº1646.

“La función que cumple este centro es recibir a las personas, escucharlas y articular con las instituciones pertinentes o profesionales para que sean evaluada y reciban una atención adecuada. Sobre todo nos encargamos de asistir y asesorar también a la familia o a su entorno porque son un elemento fundamental en la recuperación de la persona”, describió Ces.

Reconoció que las fiestas muchas veces derivan en excesos y que en esos casos “lo peor que puede pasarle a una persona alcohólica es estar sola”.

“En las reuniones lo ideal sería que no se llegue al momento del consumo, porque eso derivará en un problema mayor. Es recomendable hablar de la situación antes, prevenir, y colaborar no poniendo bebidas de este tipo sobre la mesa, o simplemente tomarlas para el brindis y nada más. Porque podemos compartir un momento grato sin alcohol”, sugirió el integrante de Cáritas.

Agregó que muchas veces el entorno del alcohólico le deja beber “con tal de poder reunirse en las fiestas”, pero “lamentablemente a veces puede terminar en situaciones violentas”.

En cuanto a los menores, el entrevistado indicó que generalmente siguen el ejemplo de los mayores o tratan de imitar sus actitudes, por lo que apuntó que es obligación de los adultos actuar con responsabilidad y mantener hábitos sanos frente a ellos.

Insistió en la importancia de estar “constantemente atentos, mantener los vínculos y facilitar la escucha a la persona con problemas de adicción, demostrarle afecto y sobre todo hacerle saber que la están cuidando”.

Recomendaciones para prevenir recaídas en las fiestas

“La enfermedad del alcoholismo es tan silenciosa y estigmatizante que si alguien la padece generalmente tiende a esconderla”, mencionó a este Diario Georgina Broemsen, quien es Coach Ontológico y forma parte del equipo de Abordaje Territorial del Punto Preventivo Sol de Misiones y Centro Manantial.

Contó que actualmente trabajan en 31 barrios de Posadas y tratan con pacientes desde los 8 años de edad que tienen problemas con el alcohol. “Muchas veces con el abordaje territorial llegamos a tiempo, porque además de recorrer en terreno, las personas se acercan a algún referente de la comunidad y en esos casos ellos las derivan con nosotros y comenzamos a asistirlas; en principio hacemos un seguimiento de entre 3 y 6 meses”, agregó.

Hombres y mujeres de distintas edades padecen adicción al alcohol y su entorno es un eslabón fundamental de ayuda.

Respecto a la predisposición al consumo en épocas festivas, Broemsen explicó que justificar la embriaguez por cualquier tipo de festejo funciona como una excusa ocasional y es una actitud frecuente en los alcohólicos: “En realidad el problema lo tienen desde antes y buscan pretextos, pero la conducta de consumo se va tornando cada vez más tediosa”.

Al igual que Danilo Ces, Georgina del Centro Manantial sugirió que si una persona está en proceso de recuperación de su adicción “la familia o entorno no debería poner una botella de alcohol en la mesa, o repetir algún hábito que la incite a beber”.

En esta instancia, aportó algunas recomendaciones para ayudar al paciente a no recaer en épocas festivas:

Los ejes puntuales son formar una red de apoyo efectiva y no permanecer aislado. Esto se relaciona con participar -previamente- en más reuniones junto a terapeutas y compañeros; aumentar las sesiones de terapia individual y tratar de estar acompañado de amigos o familiares. A su vez, tener la iniciativa de abandonar alguna reunión o encuentro que esté volviéndose un ambiente en el que se beberá mucho alcohol; de la misma manera que contar con un medio de transporte propio y no depender de otras personas para regresar a casa es otro punto favorable.

La música es otro factor que suele influir en la decisión de un adicto. Según indicó la especialista, escuchar ciertas canciones pueden evocar momentos del pasado o relacionados a alguna situación sentimental o vinculada al acto de beber que genera angustia a la persona en recuperación, lo cual puede derivar en una recaída.

Algo similar puede ocurrir con algún lugar en especial donde bebía o alguna actividad que realizaba en sus épocas de consumo excesivo. Por eso “es necesario cambiar todo ese circuito para que no le active la necesidad de tomar o le predisponga; siempre lo mejor es atinar al diálogo y no confrontar para que entienda qué es lo mejor para sostener el proceso de recuperación”.

“La relación del alcoholismo está dada por las consecuencias que generan los actos o actitudes de los adictos en sus vidas y en su entorno, además de que afecta a su sistema nervioso. A veces el consumo es tan excesivo que ya no se dan cuenta de lo que hacen, no recuerdan, y tampoco son conscientes de la gravedad; prácticamente pierden el control de sí mismos”, describió la entrevistada.

Consumo preocupante en Posadas

La integrante del equipo de Abordaje Territorial reconoció que “en todos los órdenes de la sociedad existen las adicciones”, aunque reveló que “el mayor consumo -tanto de alcohol como de drogas ilegales- no se da en los barrios periféricos, sino que persiste en los sectores de mayor poder adquisitivo”, según se supo hasta el momento a través del monitoreo territorial que llevan adelante desde el Ministerio de Prevención de Adicciones.

“Lo que más prevalece en general es el consumo de alcohol, marihuana, al uso del celular y de cocaína”, dijo, y opinó que ésta última “está avanzando a pasos agigantados” e incluso muchos se inician “después de apenas los doce años de edad”.

En este punto, contó que la negación de los padres ante esta problemática es frecuente y principalmente porque “sienten culpa”.

“Nosotros desde el equipo de trabajo tratamos de hacerles entender que sí tienen responsabilidad, pero no culpa; porque la culpa nunca es completamente de los padres ya que son muchos los factores que influyen en el hábito de consumo”, finalizó.

Cabe mencionar que el Centro de Contención de Cáritas funciona de lunes a viernes de 8 a 11.30 en el edificio ubicado sobre la calle Félix de Azara 1.646 de Posadas, y la atención es gratuita. A su vez, las personas que necesiten información o ayuda también pueden recurrir al Ministerio de Prevención de Adicciones y Control de Drogas.