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En una inexplicable maniobra administrativo financiera, el gobernador Axel Kicillof aumentó considerablemente su gasto en marketing pero decidió complicar la situación de las empresas que proveen alimentos para los hospitales públicos de la provincia.

El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, selló el destino de una crisis económica con escasos precedentes en la historia bonaerense. Casi como una admisión de la falta de ideas para remediar la situación, la gestión provincial comenzó a ofrecer bonos a cambio de los miles de millones de deuda que sostiene ante los proveedores.

El objetivo es el de solventar de este modo la deuda contraída durante el 2022 y los primeros meses de 2023. Ya no hay gestiones anteriores a las que echarle culpas. La grosera deuda que mantiene Kicillof con los proveedores nació exclusivamente durante su gestión.

En este aspecto, el rubro más golpeado es el de los proveedores de alimentos, especialmente en el rubro de salud. En efecto, serán los primeros en verse forzados a aceptar bonos en vez de los pesos con los que la provincia se comprometió a pagar.

“Nuestra situación es alarmante. Venimos desde hace doce meses trabajando bajo el sistema de legítimo abono, sin nadie que nos actualice los precios, en un país que supera el 100 por ciento de inflación anual. Ahora, para colmo de males, nos rematan pagándonos con papelitos de colores que no tienen ninguna utilidad para nosotros”, aseguró uno de los principales proveedores de alimentos en hospitales públicos de la provincia de Buenos Aires.

El sistema de pago con bonos fue anunciado informalmente el lunes y promete llevar a más de un proveedor a la quiebra. Algunos ya decidieron frenar la entrega de mercadería hasta que Kicillof se acerque con otra propuesta.

La historia del pago con bonos no trae el mejor de los recuerdos para los empresarios. Por lo general, la provincia los provee y, como los empresarios no pueden utilizarlos para recomprar material, pagar impuestos, servicios o salarios, se ven obligados a venderlos en el Banco Provincia, que al mismo tiempo les hace una quita en concepto de intereses.

“Es un sistema completamente extorsivo y de especulación financiera. Nos dan un papel que no nos sirve y, si queremos cobrar con dinero contante y sonante como indican los pliegos, nos obligan a ir a su propio banco, devolverles el papel que nos acaban de dar, y que encima se queden con una parte de nuestra plata”, explicaron.

De manera insólita, mientras esta situación comienza a explotar en numerosos distritos de la provincia de Buenos Aires, el gobernador Kicillof continúa aumentando la plantilla de empleados del estado, regalando viajes de egresados e invirtiendo cientos de millones en marketing de cara a las elecciones de fin de año. 

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