Si las petroleras decidieran trasladar ese impuesto al usuario se calcula que el incremento del precio de venta al público de los combustibles rondará el 4% para la nafta y 3% para el gasoil, mientras que si se suma el avance del dólar oficial podría sumar un 2% adicional.

El gobierno nacional tiene urgencia por recaudar hasta el último centavto que esté a su alcance, para sostener el déficit cero que logró en enero y que quiere repetir los meses siguientes. En ese sentido, tiene a mano el impuesto a los combustibles que comenzarán a actualizarse a partir del próximo viernes, según el cronograma que fijó el gobierno nacional y que se extenderá a lo largo de los próximos meses. 

La duda es como reaccionarán las petroleras ante la actualización, si lo trasladarán al usuario o no. Si las petroleras decidieran trasladar ese impuesto al usuario se calcula que el incremento del precio de venta al público de los combustibles rondará el 4% para la nafta y 3% para el gasoil, mientras que si se suma el avance del dólar oficial podría sumar un 2% adicional. Luego vendrán las subas más importantes del 3,3% en abril y del 6,8% en mayo, según los cálculos.

Los impuestos a los combustibles líquidos y al dióxido de carbono son sumas fijas que se actualizan de manera trimestral en función de la inflación, pero desde el 1° de junio de 2021 se dispuso una postergación de esos incrementos para evitar su traslado al precio final. Así se dispuso mediante el decreto 352/2021, prorrogado sucesivamente hasta el 567 de octubre de 2023, que resolvió postergar nuevamente el ajuste hasta hoy.

De las sucesivas prórrogas acumuladas se desprende que los aumentos suspendidos abarcan nueve trimestres (desde el tercero de 2021 hasta el tercero de 2023), a los que habrá que sumar a partir del 1° de mayo los incrementos resultantes del trimestre noviembre 2023/enero 2024.