Elsa Garzoglio (60 años), una destacada jugadora y entrenadora del hockey, cuenta su trayectoria desde sus modestos inicios hasta su consolidación como profesional del deporte. Nacida en la provincia de Buenos Aires, Garzoglio se trasladó a Misiones durante su adolescencia, enfrentando numerosas dificultades y desafíos personales.

Elsa llegó a Eldorado a los 16 años, tras la separación de sus padres. Su madre, decidida a salir adelante, comenzó a vender chipa junto a una vecina paraguaya. Elsa recuerda con detalle las arduas jornadas de trabajo: “Mi mamá dormía un poquito más, mientras que con mi vecina, Eleuteria, nos levantábamos a las 3:30 o 4:00 de la mañana, hacíamos la masa, amasábamos toda la chipa, yo ponía en las bandejas y la señora mientras tanto prendía el horno a leña, cuando se horneaba, ya eran casi como las 5:00 o 6:30 de la mañana, yo me tenía que bañar porque tenía que ir a la escuela, me iba a la escuela técnica. Y a las siete entraba, imagínate.. Y mamá salía a vender. Cuando volvía de la escuela, mamá no estaba, tenía que cocinar para las dos, mientras cocinaba, me bañaba, comía, y me iba a la escuela a la jornada de tarde. A la vuelta de la escuela me preparaba y me iba a hockey. Volvía a las 21:30 de la noche a veces. No teníamos agua caliente, no teníamos nada, teníamos pozo. Entonces, como el agua del pozo era calentita, tibia, me bañaba con eso. Después me sentaba a estudiar para la escuela. Y a veces me acostaba a las doce. Algunas veces me iba a bailar también y del baile me venía a hacer la chipa. Así que bueno, esa era mi rutina, digamos, que mucha gente no sabe”

Los días de Elsa eran largos y agotadores, combinados con una emergente pasión por el deporte.

A pesar de no tener experiencia en hockey inicialmente, su amor por el deporte comenzó a florecer gracias a dos figuras clave en su vida: María Luisa Sanabria y el Dr. Pecas Soriano. María Luisa la introdujo al hockey, mientras que Pecas, su entrenador, le enseñó las técnicas y valores que definirían su carrera. Elsa describe a Pecas como una persona íntegra y generosa quien, mientras cursaba su residencia en el hospital SAMIC de Eldorado, dedicaba su poco tiempo libre a entrenar a los jóvenes de forma gratuita. En esa época, el hockey era un deporte elitista, accesible solo para quienes podían costear el equipo.

Elsa y sus compañeros tuvieron que ingeniárselas para financiar sus necesidades deportivas. Organizaban ventas de choripanes durante eventos locales, y con las ganancias compraban palos de hockey y zapatillas. El compromiso de los jugadores y el esfuerzo les permitieron superar las barreras económicas y seguir practicando el deporte que amaban.

El entrenador Pecas Soriano, en la entrevista, destacó la destreza innata de Elsa, recordando cómo ella paró la pelota con una naturalidad impresionante desde el primer momento. Soriano la describió como una jugadora excepcional, comparándola con Diego Maradona por su habilidad y liderazgo en la cancha. Su influencia fue tan significativa que entrenadores de otros equipos la buscaron para que se uniera a clubes más grandes. Sin embargo, su madre nunca le contó sobre estas oportunidades, privándola de conocer su potencial para jugar a niveles más altos.

A pesar de las adversidades, Elsa encontró en el hockey un bastón que la sostuvo y le dio propósito. «Todas las épocas fueron difíciles en Argentina, desde que yo tengo uso de razón», comenta Elsa, reflejando la constante lucha por salir adelante en un entorno adverso. Hoy, como entrenadora, Elsa se dedica a transmitir su conocimiento y pasión por el hockey a nuevas generaciones, siguiendo los pasos de su querido entrenador Pecas.

Soriano, emocionado, expresó su orgullo por haber sido parte del desarrollo de Elsa, afirmando que su dedicación y talento han dejado una marca imborrable en el deporte. «Elsa debería haber sido una Leona,» dijo Pecas. «La considero la ‘Leona’ de Eldorado. Tuve el honor de dirigir sus primeros pasos en el hockey, una gran jugadora y una gran persona.»

Elsa Garzoglio es un ejemplo de cómo la pasión por el deporte pueden transformar vidas, mostrando que con esfuerzo, es posible superar cualquier obstáculo y alcanzar los sueños.