Los vecinos se autoconvocaron y volvieron a reclamar por la falta del servicio. Comentaron que deben afrontar gastos para recibir el líquido en sus casas o mandar a lavar la ropa.
Los vecinos de Puerto Iguazú padecen de la falta de agua potable. La bajante en el río Iguazú, que llegó hasta los 2 metros días atrás, causa problemas en el bombeo y el líquido no llega a las casas, ya que carece de presión.
Esto derivó en que nuevamente los lugareños se autoconvocaran y salgan a las calles con carteles para reclamar por la prestación del servicio. En la jornada de ayer lo hicieron por la mañana y por la tarde.
La ciudad de las Cataratas arrastra este problema desde hace meses y la situación -en ocasiones- empeora. A pesar del plan de contingencia que se lleva adelante no se da abasto para abastecer a los barrios.
Ante la falta del líquido en las canillas, los vecinos se ven obligados a contratar a particulares que acarrean agua, a comprar botellones para beber y cocinar o a pedir prestado a quien tenga pozo común para la limpieza.
En conversación con, Ramonita Romero comentó que “salimos a reclamar nuevamente y nos concentramos frente a las oficinas del Instituto Misionero de Agua y Saneamiento (IMAS)”.
Deslizó que “estamos hace una semana sin nada de agua. El servicio está sectorizado, pero la presión es muy baja, por lo cual no llega el líquido a los tanques porque están elevados”.
Aseguró que “hace bastante que tenemos este problema y las medidas que toman son precarias; por ejemplo hay que inscribirse en una planilla para que te lleven agua en el camión”.
En cuanto a lo que significa estar sin agua por la red todos los días, la mujer comentó que “pedimos a los vecinos que tienen pozos comunes que nos presten”. Además, relató que “solicitamos a particulares que nos traigan agua, pero nos cobran 1.000 pesos el transporte. No venden el líquido sino que sólo cobran el transporte”.
Agregó que “1.000 pesos por viaje suma mucho. Ellos llevan a las casas en un tanque y el agua se saca del IMAS, pero el instituto no cobra por ese líquido”.
Romero aseguró que “la situación que nos toca vivir es drástica”. La mujer comentó que “vivo a tres cuadras de la planta, pero no me llega el agua”.
Mencionó que “en mi caso acarreo en baldes porque le pido a los vecinos que tienen pozos”; y agregó que “tengo que mandar a lavar la ropa a otro lugar, pero es imposible sostener esto en el tiempo. Me cobran 600 pesos una bandeja de ropa y a eso hay que adicionar los otros 1.000 pesos para que transporten el líquido y el gasto del agua embotellada para tomar”.
Por otro lado, Romero detalló que las boletas por el servicio siguen llegando. “La última factura me vino con un monto de 800 pesos, pero yo no tengo agua potable”, manifestó.
Describió que “todo esto es muy dramático, porque hay personas que tienen familiares postrados o niños”.
Solución en Puerto Libertad
Tras manifestarse y cortar la ruta en Puerto Libertad, los vecinos del paraje San Isidro Labrador recibieron una respuesta por parte de las autoridades locales. Eduardo Vázquez, vecino de la zona, relató que “se firmó un acta compromiso con las autoridades municipales”.
Dijo que “entre el 7 y el 11 se hará una perforación, lo llevaría adelante la Provincia”. Asimismo, aseguró que si no se inician las obras “volvemos a la ruta”.
Por último, Vázquez describió que “por el momento harán un pozo perforado que se instalará en la zona más afectada. Nosotros necesitamos cinco en total para cubrir todas las necesidades del paraje”.