El presidente de la Federación de Cooperativas Eléctricas de Misiones y titular de la Cooperativa Agua y Energía de Dos de Mayo, explicó cómo hacen las entidades locales para enfrentar el año de peor crisis y seguir prestando servicios a pesar del contexto.
Antes de la pandemia del COVID-19, las cooperativas de servicios públicos, de luz y agua, ya se encontraban en una situación muy difícil, la cual se fue agravando hasta este 2022, catalogado como el año de peor crisis para las cooperativas de Misiones.
En ese contexto, el presidente de la Federación de Cooperativas Eléctricas de Misiones (FeCEM) y a su vez titular de la Cooperativa Agua y Energía de Dos de Mayo, Ángel Albino Kuzuka, destacó a “la fortaleza, y mucho más aún en el caso de las cooperativas, porque cada vez que hay una necesidad o un desafío, son nuestros socios y usuarios los que dan todo el apoyo para continuar”.
Reelegido desde hace cinco ejercicios consecutivos, el conductor de las entidades se refirió a los nuevos desafíos, debilidades y fortalezas planteados en la pospandemia.
“La verdad es que el contexto de las cooperativas ya no era bueno respecto de los retrasos tarifarios y por ello, cuando se entra en pandemia, la situación de la mayoría ya era crítica”, graficó.
Kuzuka y sus pares al frente de otras cooperativas debieron sortear muchas dificultades, las cuáles se agigantaron a partir de las medidas de la Nación, por ejemplo, para no incrementar tarifas a la par que los insumos y el pago de sueldos crecían exponencialmente.
“Con los mismos ingresos tuvimos que hacer frente a todas las obligaciones que teníamos y seguir prestando los servicios.
El miedo que había era que, desde el Estado, se propiciara un corte en la cadena de pago. Eso nos preocupó, porque necesitamos cobrar día a día, para llevar adelante la entidad y pagar la energía que compramos”, amplió.
No obstante todo ello, mirando hacia atrás Kuzuka, destacó que las políticas locales tomadas por el Gobierno provincial, permitieron que rápidamente las actividades comenzaran a funcionar.
“Lo destacable en todo lo ocurrido fue que el engranaje económico de la provincia siguió funcionando y eso nos llevó a que nuestras cajas no se vieran afectadas de una manera irreversible. Era un gran desafío en ese momento”, contó sobre los inconvenientes.
En la búsqueda de soluciones
“Hasta el día de hoy hay una compensación desde la Nación que nos deberían transferir a las cooperativas y a la empresa provincial (EMSA) que no se ha cumplido. Eso explica la situación en la que están algunas prestadoras”, planteó.
Además dijo que “los que trabajamos en provisión de energía sabemos que hay que invertir mucho antes de que aparezca el problema, porque cuando aparece, la solución puede tardar hasta 36 meses para enfrentar las complicaciones en una línea y que funcione como corresponde”, contó sobre el mayor desafío diario.
“De todas formas”, aseguró, “hay cosas que escapan a lo que nosotros podemos hacer”.
“Tenemos muy clara la necesidad que hay, pero las soluciones, es decir las obras necesarias para esperar el futuro, no dependen de nosotros, quienes además hoy estamos trabajando al límite”, remarcó.