Desde el Servicio Meteorológico Nacional señalaron en un informe que las lluvias acumuladas en los últimos 12 meses en Misiones y parte de Corrientes son “realmente alarmantes”. Advierten que “se trata de un fenómeno complejo y multicausal”
La bajante histórica del río Paraná preocupa a los expertos y autoridades y desde el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) advirtieron en un informe que “los impactos de la bajante del Paraná ya se sienten en sectores críticos de la actividad productiva”. Es que según señalaron “el agua escasea y aparecen los problemas: la navegación fluvial, las tomas de agua urbanas, la generación de energía, la fauna íctica, el riesgo de incendios y la modificación de cauces y paisaje”.
Detallaron que este escenario se debe a varias causas como “la falta de lluvias, el aumento de la demanda hídrica, la explotación de la tierra y, principalmente, la prolongada sequía severa que afecta la parte alta de la Cuenca del Paraná, en el sur de Brasil”.
En este sentido, manifestaron que en la región del Litoral “desde hace 22 años las condiciones de precipitación están por debajo del promedio (con excepción del 2010 y el 2015) y la situación empeoró desde el 2018, lo que ha dado como resultado una situación de sequía que pasó de severa a excepcional”.
“Estamos sufriendo los efectos de una sequía que empezó en junio de 2019. Es un ciclo que no terminó todavía y no se tiene claro cuándo va a terminar”, dijo Juan Borús, hidrólogo del Instituto Nacional del Agua.
Déficit de lluvias
Los expertos señalan que el déficit de lluvias en Argentina es similar al que ocurre en Brasil. “Las provincias del Litoral y centro-norte argentino también registran precipitaciones por debajo de lo normal desde mediados del 2020, lo que agrava aún más el problema. El déficit no es sólo a nivel hidrológico -ríos- sino que el suelo también sufre de escasez de agua”, sentenciaron.
Observaron que “las lluvias acumuladas en los últimos 12 meses en provincias como Misiones o parte de Corrientes son realmente alarmantes. Algunas estaciones meteorológicas registraron en el último año entre 400 y 600 mm menos que en un año normal, lo que representa aproximadamente el 50% de la lluvia anual”.
Perspectiva
El informe sostiene que “la temporada de lluvias en la zona central de Brasil comienza a mediados de octubre, pero desde CEMADEN indican que todavía no es posible anticipar si la temporada de lluvias comenzará temprano o si tendrá precipitaciones por encima o por debajo del promedio”.
Asimismo, en la región sur, la situación actual de sequía puede estar relacionada con el fenómeno de “La Niña”, que estuvo en vigencia entre junio de 2020 y abril de 2021, pero que tiene una cierta influencia en el comportamiento de la atmósfera hasta unos meses después de su fin.
La Niña es un factor modulador de lluvias en el sur de Brasil y el Litoral argentino, que reduce la cantidad de precipitaciones. A su vez, revelaron que “en las tendencias climáticas para el trimestre julio-agosto-septiembre, estos patrones de lluvia se repiten” y que “existe la posibilidad de un nuevo evento de La Niña a partir de la próxima primavera”.