La Parroquia San Roque de Posadas celebra hoy su Fiesta Patronal bajo el lema “San Roque intercede por esta pandemia para ser misioneros en salida a ejemplo del joven Carlos Acutis”.
En agosto, después de la Asunción de la Virgen, llega el día de San Roque. Patrón de los peregrinos, de los contagiados por epidemias, de los enfermeros, de los falsamente acusados, San Roque se representa siempre junto a su fiel perro, y se recuerdan su vida y su milagro el 16 de agosto.
La Parroquia San Roque de la Diócesis de Posadas celebra hoy su Fiesta Patronal bajo el lema “San Roque intercede por esta pandemia para ser misioneros en salida a ejemplo del joven Carlos Acutis”.
A las 8 se llevó a cabo la Santa Misa con bendición de los pancitos para las mascotas, presidida por el padre Francisco Zalazar. Luego a las 10, se ofició la Santa Misa por los enfermos, por el vicario general monseñor Carlos Viera.
Asimismo, a las 12 se llevó a cabo la tradicional bendición de las mascotas. “La gente viene sobre todo para pedir por su salud y la de su familia, nos ha afectado mucho la pandemia con amigos y familiares cercanos, en la parroquia hay muchos feligreses que la han sufrido, y esa ha sido la oración más fuerte”, expresó el padre Zalazar.
Sobre la bendición de mascotas, destacó que “durante todo el año se acercan vecinos a la iglesia para bendecir a sus perros cuando están enfermos, incluso una vez que se produce la curación”.
A las 16, es la procesión en vehículos por el Barrio Aguacates. En tanto a las 16:30 tendrá lugar la Santa Misa Central presidida por el Obispo monseñor Juan Rubén Martínez. Posteriormente, a las 19 se oficiará la Santa Misa de la Familias, presidida por el padre Sebastián Escalante.
En este contexto, se pide a los fieles respetar medidas de prevención: uso de barbijo, alcohol en gel y distanciamiento social.
Durante la celebración también habrá venta de pancitos, platos dulces y arroz a la valenciana.
Según cuenta la historia, a San Roque lo veneraban las regiones europeas que habían llegado pestes o epidemias.
La leyenda dice, que logró librar de la enfermedad y del contagio a muchísimos de los que se encomendaron a él.
Un día mientras atendía a un enfermo grave, se sintió también contagiado de la enfermedad. Su cuerpo se llenó de manchas negras y de úlceras. Para no molestar a nadie, se retiró a un bosque solitario, y en el sitio donde se refugió, ahí nació un aljibe de agua cristalina, con la cual se refrescaba.
Entonces, un perro empezó a tomar cada día un pan de la mesa de su amo e irse al bosque a llevárselo a Roque. Después de varios días de repetirse el hecho, el dueño siguió los pasos del perro, hasta que encontró a San Roque lleno de llagas, en el bosque. Entonces llevó a Roque a su casa y lo curó.