El animal fue varias veces tenido en cuenta para reproducirlo con el fin de aprovechar comercialmente su carne y cuero.
Con las imágenes de carpinchos cruzando en fila las calles de Nordelta o siendo acariciados por niños, los roedores estuvieron en la cima de popularidad por estos días. Los animales son de presencia recurrente en zonas de bañado, lagunas o arroyos desde el Norte de Brasil, nuestra región y hasta la ahora disputada zona del Delta en Buenos Aires.
Más allá de las polémicas y los miles de memes generados en base al roedor más grande del mundo, entre Misiones y Corrientes se recordó que muchas veces hubo intentos de criarlos para consumo humano. La idea era aprovechar su rápida reproducción y docilidad.
Pero lo que parecía sencillo también tenía sus problemas, cómo algunos comportamientos agresivos entre machos o enfermedades hicieron fracasar varios intentos. Pero más allá de las malas experiencias, profesionales y conocedores de estos animales apuntaron a que puede hacerse una cría sustentable en la región.
El médico veterinario Miguel Ángel Rinas, ex director de flora y fauna de la provincia, recordó que décadas atrás hubo experiencias donde se trató de hacer una cría comercial de los carpinchos. «Hubo varios casos, pero como toda actividad requiere cierta gestión cultural y dedicación. Un particular lo había intentado en San Javier, después acompañamos dos o tres experiencias con grupos mbya, pero finalmente no funcionó y se comieron a todos los animales», recordó el veterinario.
Apuntó en tanto que «se dio un caso muy interesante que realizó una empresa yerbatera en un campo donde los animales estaban sueltos, era un lugar que tenía un gran bañado y estaba cerrado. Allí los animales se reprodujeron en gran número y se vio un potencial de aprovechar su cría. Finalmente esa experiencia tampoco próspero».
Rinas recordó que los carpinchos «pueden tener hasta 7 u 8 crías por parición. El problema es que pueden ser de difícil manejo en particular los machos suelen tener peleas importantes. De igual manera su presencia en Misiones es mucho menor que la que hay en Corrientes. Son animales a los que les gusta la zona de bañados, de arroyos y la vegetación que los rodea», detalló.
Recordó por otro lado que en su momento se había plasmado la posibilidad de explorar su cría comercial con una ley provincial. «Hubo una ley o decreto que habilitaba a quién tenga un proyecto de cría y lo quiera realizar en forma adecuada, a hacerlo. Era interesante la cuestión, por la fácil reproducción y porque en general el carpincho es un animal dócil», recordó.
En Corrientes se permite su caza
José Vizcaychipy, propietario del Portal Galarza en los Esteros del Iberá, recordó que los carpinchos abundan en el atractivo turístico correntino. Y que en general están en varios países de América del Sur.
«Hay carpinchos en toda Sudamérica no sólo en Nordelta. Antes que los españoles trajeran las vacas, la carne que comían los nativos era de carpincho», recordó el también ingeniero agrónomo. Y explicó que «En el caso de Corrientes (los carpinchos) están protegidos en la reserva provincial del Iberá, que es el 14% de la superficie de Corrientes pero en el resto de la provincia, también hay carpinchos y está permitido cazar dos por persona por año. Hay que tener permiso de caza, el arma reglamentaria y se debe pagar un ticket. La caza se hace fuera del área de la reserva. El carpincho no está en peligro de extinción», diferenció.
Recordó que «criaderos de carpincho no existió en la provincia. Es muy difícil de que se reproduzca en cautiverio, lo que sí se puede hacer es hacer un sistema de rancheo de ejemplares».
Detalló que se trataría de «un sistema de recolección de animales. Se pueden por ejemplo seleccionar los machos que ya no están en etapa productiva y atraparlos con jaulas. Es un sistema que se hace por ejemplo con caimanes en Estados Unidos o con los huevos de yacaré en nuestra zona. Se puede cuidar para que abunden y una vez que abunden se puede hacer una cosecha sustentable, son debates que hay que empezar a dar», dijo.