El Día del Lector se celebra en Argentina desde el 2010, en conmemoración al nacimiento de Jorge Luis Borges, quien nació un 24 de agosto de 1899.
Maestro de maestros, el aporte que dejó Jorge Luis Borges marcó profundamente no solo la formación de tantos otros escritores que eligieron el camino de la pluma, sino también de las distintas generaciones de lectores que se embebieron de su obra.
Fue bibliotecario, profesor, conferencista, crítico literario y traductor. Sus dos libros más conocidos son, Ficciones y El Aleph, publicados en los años cuarenta, y parten de recopilaciones de cuentos conectados por temas comunes de forma fantástica en los que aborda temas como los sueños; las mitología europeas, las bibliotecas y los laberintos.
Asimismo, Borges aseguraba que no era muy adepto a la lectura contemporánea sino que le interesaba la lectura clásica: “En general lo contemporáneo no me interesa. Creo que habrá de parecerse bastante a mí. Después de todo, yo también soy contemporáneo. Tratándose de lo contemporáneo, estamos viviendo en el mismo mundo y no creo que podamos ser muy distintos. En cambio, si uno estudia literaturas de otras épocas puede encontrar novedades”.
Entre sus libros favoritos, se encontraban: La Divina Comedia, de la cual coleccionaba diferentes ediciones, El Quijote, los poemas homéricos.
“El verbo leer, como el verbo amar, y el verbo soñar no soporta `el modo imperativo`. Yo siempre les aconsejé a mis estudiantes que si un libro los aburre lo dejen; que no lo lean porque es famoso, que no lean un libro porque es moderno, que no lean un libro porque es antiguo. La lectura debe ser una de las formas de la felicidad y no se puede obligar a nadie a ser feliz”, supo declarar en alguna entrevista.