Hubo un leve retroceso de las tasas en las últimas ruedas desde el pico de las PASO que inclinó a Finanzas por un combo de letras cortas a tasa fija, letras indexadas y TB23P. Apuntan a sumar fondeo extra.

El Ministerio de Economía realizará mañana la última licitación de deuda en pesos de septiembre. Allí, buscará colocar al menos $185.000 millones a través de seis títulos a tasa fija, variable y atados a la inflación. A contramano de lo que esperaban muchos inversores, no apelará a los bonos dólar linked, cuya demanda se había acrecentado en las últimas semanas al calor de las tensiones en el mercado previas y posteriores a las PASO. Martín Guzmán jugará mañana un partido importante en el que intentará revalidar su programa financiero y apuntará a evitar que la emisión monetaria siga ganando peso en el fondeo del Tesoro.

Este jueves vencen cerca de $184.000 millones. El 66% está en manos privadas, de acuerdo con fuentes oficiales. Según datos de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), $115.000 millones corresponden a una Letra a Descuento (Ledes), $68.458 millones a capital e intereses de una Letra a Tasa Variable (Lepase) y $599 millones a intereses del bono PARP. Además, ese mismo días, Economía debe cancelar $522 millones en bonos del Consenso Fiscal. Con el monto anunciado a colocar, el Gobierno se propone refinanciar estos pagos. Aunque el número es ampliable y, en caso de tener mayor demanda de parte de los inversores, buscará sumar fondeo extra para cubrir parte del déficit fiscal mensual.

Las dificultades para sostener el ritmo de rollover de la deuda del primer semestre hicieron crecer el peso de la asistencia del Banco Central en el fondeo del Tesoro durante los últimos meses. Al 20 de septiembre, Economía le había pedido al BCRA $200.000 millones de utilidades en el mes, el mismo monto que en agosto. Así, la participación de la emisión monetaria en el financiamiento del fisco trepó al 70% del total acumulado en el año y se alejó de la meta del 60% fijada por Guzmán. En ese marco y ante las medidas anunciadas (y por anunciar), en el mercado especulan con un shock de emisión por venir.

Sin embargo, fuentes oficiales señalaron que el objetivo sigue siendo terminar el año lo más en línea posible con el mix de financiamiento presupuestado: 60% de asistencia del BCRA y 40% endeudamiento neto. La premisa es que una mayor impresión de pesos recalentaría las presiones sobre el dólar. En ese sentido, en el Gabinete económico aseguran que lo que se discute dentro del oficialismo es una aceleración de la ejecución de las partidas hoy subejecutadas y no un déficit mayor al previsto inicialmente. Con todo, para cubrirlo de acuerdo a la composición financiera pautada por Guzmán, se requerirá un incremento del fondeo neto en las colocaciones de la Secretaría de Finanzas, algo que se complicó en los últimos meses.

Es allí donde cobra relevancia la licitación de mañana. En las primeras dos subastas de septiembre, el Tesoro colocó $121.500 millones, lo que implica un porcentaje de refinanciación de los vencimientos mensuales del 105% y un endeudamiento neto cercano a los $8.000 millones, que Economía buscará elevar.

Detalles de la licitación

Así, como se contó, el equipo de Finanzas (que encabezan Rafael Brigo y Ramiro Tosi) esperó hasta el cierre de la rueda del viernes para definir el menú de instrumentos para este martes para ver la evolución de los precios y las tasas de la deuda soberana en el mercado secundario, que en las semanas previas había estado marcado por la volatilidad. Finalmente, los funcionarios se inclinaron por un combo de títulos en pesos y dejaron fuera los bonos dólar linked, que habían captado el 46% del monto adjudicado en la primera licitación del mes. La demanda de estos instrumentos atados a la cotización del tipo de cambio oficial se intensificó en el último tiempo a raíz de la creciente especulación por parte de los inversores con una eventual devaluación después de las elecciones generales, algo que el Gobierno descarta de plano.

Finalmente, cierta recuperación de los precios de los títulos a tasa fija e indexados en las últimas ruedas permitió recortar los rendimientos en el mercado secundario (que habían llegado a superar el 6% real en algunos instrumentos). Así, se arrimaron un poco más al tope del 4% real que convalidó Finanzas en las licitaciones previas. Esto terminó de inclinar a la secretaría hacia un menú de títulos nominados en moneda local.

En concreto, mañana volverán las letras a tasa fija más cortas, a tres meses de plazo. Se reabrirán las Ledes a diciembre y enero sin precio mínimo ni máximo, mientras que se ofrecerá una nueva Ledes a febrero con piso de precio de $852,75 por cada $1.000 de valor nominal. Fuentes oficiales le explicaron a Ámbito que la intención es marcar una señal de tasa real de entre 1 y 1,25% para este tipo de instrumentos.

Por otra parte, se reabrirán las letras atadas a la inflación (Lecer) a mayo y julio de 2022, con precios mínimos de $1.131,67 y $1.022,34, respectivamente, que sostienen un tope de tasa real para la deuda indexada. Por último, se reabrirá el Bono a Tasa BADLAR Privada más 5,25% nominal anual con vencimiento en febrero de 2023 (TB23P), que también saldrá sin precio base ni máximo.

“Las tasas en las Lecer están por abajo de las tasas en mercado secundario, indicando que no están dispuestos a convalidarlas, aunque no por mucho. Creo que lo más interesante va a pasar por la Lecer a julio a 5,2% más CER, lo que es una buena tasa para los bancos locales (a ese plazo y al ser licitación primaria la pueden utilizar para integrar encajes)”, consideró Nicolás Rivas, trader de BAVSA.

Las dos Lecer serán las únicas que los bancos podrán integrar como encajes en reemplazo de las Leliq, de acuerdo a la normativa del BCRA que los habilitó a migrar esas tenencias a títulos públicos de entre 180 y 450 días de plazo remanente. Mientras que todas las letras ofrecidas mañana serán parte al día siguiente de la segunda vuelta de la licitación, destinada a las entidades financieras y sociedades de Bolsa que participan como aspirantes del programa de Creadores de Mercado. Allí, podrán suscribir hasta el 20% del monto adjudicado en la primera vuelta y será una oportunidad de incrementar el saldo neto para Economía. El TB23P, que no integra el programa, no estará disponible el miércoles.

“No se ve un cambio importante respecto de las últimas licitaciones. Volvieron a ofrecer letras cortas a descuento y CER algo más largas. Los que volvieron a desaparecer son los dólar linked, aunque habían tenido un buen resultado. Las dos Ledes más cortas van sin precio mínimo, veremos si deciden convalidar subas de tasa muy altas”, planteó Joaquín Waldman, jefe de investigación de Ecolatina.

El economista señaló que sería importante ampliar el financiamiento en el mercado para evitar un aumento de la emisión con el margen de asistencia desde el Banco Central obtenido con la mecánica de contabilización de los derechos especiales de giro (DEG) que envió el FMI. Como contó este diario, gracias a un pasamano de los DEG entre el Tesoro y el BCRA, y a la colocación de una letra intransferible a la autoridad monetaria, el fisco cancelará adelantos transitorios (AT) y dispondrá de un plus de fondeo por esta vía de algo más de $500.000 millones. Fuentes oficiales recalcan que ese movimiento no implica una modificación del plan financiero 2021 y que se prevé pedir sólo unos $200.000 millones más de AT. Pero para lograrlo, serán determinantes las colocaciones de Finanzas.

De concretarse ese escenario, quedaría un mayor margen para solventar el programa financiero 2022, que de acuerdo con el proyecto elaborado por Guzmán (que será revisado en el Congreso) prevé reducir el peso de la emisión al 37%. Esto implicaría una asistencia del Central al Tesoro por $1,08 billones, exclusivamente vía AT. “Sería importante guardar parte del espacio conseguido con los DEG para el año que viene, ya que lo van a necesitar”, agregó Waldman.