El índice Bovespa caía casi un 3,5% y el real perdía un 1,3% a casi 5,60 por dólar, probando un mínimo de seis meses, lo que forzó la intervención de la autoridad monetaria para evitar una mayor caída de la moneda.
El Banco Central de Brasil realizó el martes su primera intervención en el mercado de divisas al contado desde marzo, alejando al real desde mínimos de cerca de seis meses en medio de nuevas preocupaciones sobre un gasto público más relajado antes de las elecciones del próximo año.
El Gobierno está preparando un programa de bienestar ampliado el próximo año, dijo a Reuters una persona con conocimiento de los planes, con parte del plan contabilizado fuera de un límite de gasto constitucional, que los inversores han utilizado como un indicador de la disciplina fiscal.
El periódico O Estado de S.Paulo informó que el programa de asistencia social podría costar alrededor de 90.000 millones de reales (unos 16.000 millones de dólares), y un tercio de ellos se contabilizaron fuera del límite de gasto. Un columnista de O Globo informó que 50.000 millones de reales se contabilizarían fuera del límite.
Los informes avivaron los temores de que el presidente de extrema derecha, Jair Bolsonaro, aflojaría los controles fiscales y aumentaría el gasto para recuperar su decreciente popularidad antes de una candidatura a la reelección. El Ministerio de Economía no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
Bajo este panorama, el índice referencial del mercado bursátil, el Bovespa caía casi un 3,5% y el real perdía un 1,3% a casi 5,60 por dólar, probando un mínimo de seis meses, lo que forzó la intervención del Banco Central para evitar una mayor caída de la moneda.
El Banco Central vendió 500 millones de dólares en una subasta al contado después de una semana de aumentar las ventas de swap de divisas que no han logrado apuntalar el real, que ha bajado alrededor de un 7% frente al dólar en lo que va de año. Los inversores en la moneda se han asustado por los riesgos políticos, una frágil recuperación económica y la perspectiva de un aumento de las tasas de interés en las economías más ricas.
El propio Banco Central de Brasil ya ha subido las tasas de interés en 4,25 puntos porcentuales este año para combatir una inflación que se encumbra en dos dígitos y señaló aumentos de 100 puntos básicos en las próximas reuniones, al tiempo que enfatizó la necesidad de una continua disciplina fiscal.
Sin embargo, el Gobierno se enfrenta a una creciente presión política para gastar más, a medida que la recuperación económica se ralentiza, el desempleo se mantiene cerca del 14% y la pobreza se dispara.
En una entrevista publicada la noche del lunes por la revista de noticias Veja, Arthur Lira, presidente de la Cámara baja del Congreso, defendió un nuevo gasto social fuera del límite de gasto. Lira aseguró a Veja que el terrible impacto de la pandemia de COVID-19 en Brasil, que tiene la segunda mayor cantidad de muertos por el virus después de Estados Unidos, significaba que la responsabilidad fiscal no podía priorizarse sobre las necesidades urgentes de los más vulnerables.