Los lotes producidos en el laboratorio argentino alcanzaron los estándares impuestos por el Instituto Gamaleya. En 30 días podría comenzar la producción local.
Los lotes de la vacuna rusa producidas en Argentina por el laboratorio Richmond superaron los controles de calidad del Instituto Gamaleya ruso y en el corto plazo comenzará la producción a gran escala de Sputnik local. Esta es una buena noticia para el gobierno de Alberto Fernández, muy golpeado por la gestión de la pandemia en el país.
La ministra de Salud, Carla Vizzotti, informó que los tres lotes del componente 1 y tres del componente 2 producidos en la Argentina consiguieron alcanzar los estándares dispuestos por el laboratorio ruso. De acuerdo con LPO, a partir de ahora, Richmond avanzará en la importación de antígenos para comenzar la producción local.
“El Instituto Gamaleya ha confirmado el control de calidad satisfactoria de los lotes de componentes. Son tres lotes consecutivos del componente 1 y tres del componente 2 que se enviaron hace semanas formulados, llenados en Richmond para su control. Vamos a avanzar firmemente en la importación de antígenos”, dijo la funcionaria.
En abril pasado, cuando se anunció la producción de la vacuna rusa, desde el gobierno y Richmond estimaban que en junio podía comenzar la producción a gran escala. Pero habían tratado de no asegurar la fecha por posibles demoras en el proceso biológico.
Sin embargo, la confirmación abre la puerta a una producción en el corto plazo que permitiría disponer de las primeras dosis en los próximos 30 días. Es decir, para julio o agosto. Siempre dependiendo de los pasos de escalado de la “formulación”. Es decir, el envasado de las vacunas Sputnik V, producidas en el país.
Cómo se gestó la fabricación local de las vacunas Sputnik V
En abril, el laboratorio había enviado al Centro Gamaleya un lote de más de 21.000 dosis producidas en la Argentina para que fueran testeadas y sometidas a pruebas de calidad, con el objetivo de iniciar la producción masiva en una de sus plantas ubicadas en el Gran Buenos Aires. Con vistas a poder, luego, exportar a diferentes países de América Latina y Central.
En abril, desde Moscú, Marcelo Figueiras, presidente de Laboratorios Richmond, había dicho a Infobae: “Este proyecto resume el país con el que sueño, un país con esperanza y desarrollo”. Sus declaraciones no ocultan la alineación política del empresario cercano a Máximo Kirchner.
Figueiras viajó a finales de febrero de este año a Rusia. Lo hizo en varias oportunidades, hasta cerrar la firma del acuerdo preliminar y de cooperación científica con el Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF) y con la participación de Hetero Labs Limited. Esta es una compañía establecida en la República de la India y con la cual Richmond posee una alianza estratégica hace más de 25 años.
El acuerdo establecía además de la fabricación de las dosis, la construcción de una planta importante, con la lógica de un hub o usina biotecnológica, en la localidad de Pilar.
La noticia escaló en dimensión e impacto cuando en abril, desde Moscú se confirmó que Argentina sería el primer país autorizado para la producción de las dosis de la Sputnik V fuera de Rusia.
El primer país de Latinoamérica en producir las vacunas rusas
Así, la Argentina, en su calidad de primer país latinoamericano en registrar oficialmente Sputnik V en su territorio, a través de una autorización de uso de emergencia (emergency use authorization) que emitió la autoridad regulatoria nacional -Anmat- quedó en el ojo de la tormenta. La vacunación con Sputnik V en el país, comenzó el 29 de diciembre de 2020.
De hecho, fue la primera vacuna contra el coronavirus (Covid-19) disponible en Argentina. Ello, tras el escándalo por el fracaso de la negociación con los laboratorios Pfizer. Y el incumplimiento del contrato por 22 millones de vacunas, firmado con el laboratorio AstraZeneca. Por ese contrato firmado a instancias del empresario K Hugo Sigman, se pagaron US$ 60 millones.
Ahora, con la transferencia de tecnología facilitada por el Fondo Ruso de Inversión Directa, Laboratorios, Richmond se convierte en la primera empresa farmacéutica nacional productora de la vacuna Sputnik V. Así, el gobierno argentino podrá disponer de esta vacuna. Y empezar a inocular con una fórmula elaborada en el país, mucho antes de lo previsto.
En un principio, se había difundido que el nombre de la vacuna producida en la Argentina sería Sputnik V.I.D.A. En referencia al acrónimo de Vacuna de Inmunización para el Desarrollo Argentino. Pero ahora trascendió que se llamará Sputnik V, manteniendo así su nombre original.
Para el gobierno es clave avanzar con la vacunación antes de Septiembre. Es decir, antes de las PASO (Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias). Más aún, en el presente contexto de inminente colapso sanitario, la disponibilidad de vacunas aparece como un invaluable capital electoral.