En los arroyos y cauces secundarios se producen los desoves y crías de los ejemplares, pero con el déficit hídrico también están resentidos y van perdiendo conectividad con el afluente principal.
La extraordinaria bajante del río Paraná genera severos problemas en distintos ámbitos: la navegabilidad, la potabilización del agua y sobre todo en la fauna íctica. Desde hace un tiempo los expertos y ambientalistas se muestran preocupados por esta situación. De esta forma, se advirtió que “la bajante afecta el hábitat donde viven unas 120 especies de peces”.
La docente e investigadora de la Facultad de Ciencias Exactas, Químicas y Naturales, y magíster en ecología acuática continental, Gladys Garrido habló sobre un proyecto que se enfoca en el ecosistema acuático y sobre las consecuencias ambientales que provoca la bajante del Paraná.
“Se debe reconocer que el río Paraná aguas arriba de la represa Yacyretá corresponde a un tipo de paisaje y aguas abajo a otro. En las noticias nacionales, lo que se está viendo es una descripción de las consecuencias que tiene el río en su tramo medio que es la falta o la pérdida de conectividad entre su cauce principal y todo ese paisaje que se llama valle aluvial o llanura de inundación, que está conformado por muchos brazos del río Paraná que generan las islas y lagunas”, explicó la profesional.
Es así que si se observara desde el aire esto incluiría a la zona de Corrientes, Entre Ríos y Santa Fe. “Ese ecosistema es muy rico. Es decir que esa interconexión es la que asegura la gran diversidad de especies de peces en el Paraná”, describió.
Agregó que “en cambio aguas arribas de la represa, que es lo que corresponde a Posadas o San Ignacio, ese mismo impacto no lo vemos porque estamos influenciados por el efecto del embalse. Pero, se debe prestar atención a los arroyos y cauces secundarios que son áreas de desove y cría de las especies. Esos arroyos que por lo general tienen mucha agua, actualmente con este déficit hídrico también están resentidos”.
En consecuencia, mencionó que “lo importante es que Misiones conserva en las cabeceras de los arroyos una gran cantidad de especies endémicas, es decir especies que solamente encontramos en la provincia. Por lo cual, esa falta de conectividad genera un poco este aislamiento con el cauce principal”.
En lo que respecta a preservación de las especies que habitan en el río Paraná, la docente expuso que “las buenas buenas prácticas ambientales requieren de la participación de todos. El Ministerio de ecología ha decretado una veda extraordinaria por bajante, es decir que está prohibido pescar con determinadas artes de pesca. Si bien en los arroyos ya está prohibido pescar con redes y espineles”.
“Hay que ser responsables con las prácticas; es decir respetar las vedas, las artes de pesca y asegurar que se mantenga la calidad de agua de los arroyos que son lugares propicios para el desove y la cría de nuevos individuos que se incorporarán después al cauce principal”, remató.
Cuidados y conservación
Por otro lado, la magíster en ecología acuática continental, Gladys Garrido, fue consultada por los hábitos que se pueden cambiar o que ya están en proceso de cambio.
Deslizó que “estamos viviendo un momento donde el agua tiene un gran valor para la vida y hay que extremar los cuidados para conservarla en términos de integridad del ecosistema en conjunto; esto incluye a los peces y otros organismos”. Para cerrar, la profesional manifestó que “lo importante es que seamos conscientes de que estamos a tiempo”.