Desde la red de familias usuarias de la provincia aseguran que deben recurrir a profesionales de otras provincias. El último paso para el registro nacional es contar con una indicación médica.
En materia de utilización de cannabis y sus derivados como tratamiento paliativo en patologías, Argentina cuenta con una reglamentación (Ley 27.350) que establece un marco de regulación para su acceso. De tal forma, los pacientes que lo requieran deben estar inscriptos en el Registro del Programa de Cannabis (REPROCANN). Sin embargo, la cantidad de trámites iniciados supera ampliamente el número de profesionales médicos que integran el programa nacional.
En materia de usuarios, la referente de Misiones Cultiva, Helga Knoll, explicó que “la provincia está adherida a la reglamentación nacional, que regula el autocultivo, para ello hay un registro a través del REPROCANN”. Para ser usuarios, “tenemos que registrarnos como pacientes o como responsables de usuarios, para cultivar por esa persona. También está la opción de cultivador solidario, que puede hacerse para el uso de un tercero”.
El inconveniente actual es que “para finalizar el trámite para el registro se necesita de un médico que vincule, que dé un tratamiento de cannabis de acuerdo a la patología que tenga cada usuario”, añadió. En este sentido, “a nivel nacional, hasta el momento hay más de 30 mil inscriptos en el registro como usuarios, pero los que tienen un trámite finalizado serán unos 1.200”.
Knoll aseguró que “el problema en Misiones es que no tenemos médicos que estén registrados en el REPROCANN para poder recibir la indicación y cumplir con ese último paso”. Por eso, los usuarios de la provincia se ven obligados “a recurrir a doctores de otras provincias”, agregó. Sin embargo, lo mismo sucede en otros puntos del país: “Son unos 300 médicos inscriptos que no dan abasto con la cantidad de pedidos, porque la lista de espera es de al menos un mes para hacer las consultas vía Zoom, para tener la vinculación final”, indicó.
A pesar de la reglamentación nacional y la cantidad de estudios actualizados en materia de uso de cannabis con fines medicinales, “en Misiones, aún cuesta acceder a los médicos y es algo que necesitamos para llegar a ser legales. Necesitamos que también ellos puedan estar capacitados en este tema”, remarcó.
Entre las barreras vigentes con estos profesionales de la salud, “la mayor preocupación es el tema legal. Sucede que los médicos se cuidan de cualquier problema jurídico que puedan tener, ya que la cannabis está regulada, pero continúa siendo penalizada”. Es por ello que de momento “tenemos colaboradores de otras asociaciones del país que trabajan con médicos que si están capacitados en cannabis e inscriptos en el REPROCANN”.
En todos estos años muchos usuarios vieron los beneficios médicos en el uso de aceites de cannabis, preparados por ellos mismos: “Incentivamos el autocultivo en las familias que lo necesitan, porque tampoco podemos esperar que las leyes se decidan. Los usuarios estamos formados en este tema y seguiremos cultivando”, lamentó Helga Knoll.
Como usuarios con fines medicinales y con un tema tan sensible, aclaró que “no podemos tener un cultivo extenso, porque con dos plantas pueden darse problemas legales con 15 años de cárcel”. No obstante, señaló que es un tema en vigencia: “Estimamos que por lo menos, el 30% de los misioneros ha pensado en consumir cannabis para los dolores o patologías, si es que ya no lo hicieron”.
Respecto a la adquisición de aceites de cannabis, advirtió que hay que ser cuidadosos: “Esa compra, puede tener cualquier cosa, entre ellas pesticidas. Lo que pasa en las grandes plantaciones, al ser una planta tan delicada, que junta bichos, lo más fácil es tirar pesticidas en los cultivos, cuando esto va destinado a un medicamento para personas con patologías”.
Los beneficios
En su experiencia personal, Helga Knoll detalló que “hace casi seis años que hago aceite de cannabis para darle a mi hija de la planta que yo cultivo. Sofía tiene disfagia en comprensión en el habla y a raíz de una malformación en la gestación tiene epilepsia, con convulsiones por el estado anímico. Las 24 horas del día su cerebro tiene descargas que no le permitían una vida normal. Cuando empecé con el cannabis noté los cambios, al año de tratamiento el neurólogo vio un 80% de mejorías y no podía creerlo. Los médicos por más que vean los resultados todavía son un poco reacios”.