Daniel Alberto B. (58) fue investigado hace casi 10 años por el horrendo asesinato de la chica de 14 años, ultimada a garrotazos en septiembre de 2012 en Puerto Rico.

Mientras la Justicia de Puerto Rico continúa recolectando elementos probatorios para comprobar o descartar su responsabilidad en el expediente que lo tiene como único responsable de los presuntos abusos sexuales en perjuicio de una adolescente de 14 años, durante las últimas horas se conoció un antecedente que vinculó en su momento a Daniel Alberto B. (58) con uno de los asesinatos más atroces de la citada localidad. 

Y es que de acuerdo a lo señalado por fuentes judiciales, el ex prefecturiano detenido desde mediados de enero en la pesquisa en perjuicio de la estudiante denunciante, fue demorado en 2012 como sospechoso del crimen de Angélica Rámirez, adolescente de 14 años que fue ultimada a garrotazos a la vera de la calle Pionero Kuhn en Puerto Rico, el martes 26 de septiembre del citado año.

Como se sabe, por el hecho dos años más tarde fue condenado por los miembros del Tribunal Penal Uno de Posadas a prisión perpetua el panadero Francisco Bourscheid (63) . 

Tal como publicó en aquel momento este matutino, en el marco de las investigaciones hechas por el Juzgado de Instrucción de Puerto Rico, tanto Alberto Daniel B., Carlos Tomás Z. (30) y Sergio Gabriel C. (23) fueron puestos en la mira de los pesquisas ante distintas sospechas sobre su presunta participación en el caso. 

Por orden del juez Rubén Lunge, quien subrogó en ese entonces a su par Éctor Acosta, que se inhibió del caso, se ordenó un allanamiento en la vivienda del prefecturiano, que residía a unos 500 metros del lugar donde hallaron el cuerpo de la víctima. Allí secuestraron un celular y una campera con manchas parecidas a sangre. 

Por si fuera poco, en su celular tenía como contacto el número de Angélica, así como -llamativamente- tenía el número del celular del juez de la causa.

Tiempo después el ex prefecturiano desplegó una curiosa versión sobre cómo y en qué circunstancias conoció a Angélica Ramírez, dos días antes que sea asesinada a golpes a la vera de la calle Pionero Kuhn.

En ese entonces prestaba servicios en Puerto Rico y vivía en Garuhapé. 

Dijo que la menor llegó al puesto de control de la fuerza de seguridad a las 4.30 de la madrugada del lunes 24 de marzo a bordo de un remís y que como no la conocía, pagó el viaje y en su moto la llevó al barrio San Francisco en su motocicleta.

El ex prefecturiano debió admitir que conocía a la amiga de Angélica, Carolina Barboza, porque el extenso listado de llamadas y mensajes de su teléfono móvil así lo señalaba.

Pero aseveró que nunca mantuvo relaciones sexuales con la víctima.

A su favor jugó -y lo desvinculó de las sospechas, pese a sus cuestionables movimientos y conducta- haber estado tres turnos seguidos cumpliendo guardia a la vera del río, que incluyó la noche del miércoles 26 de septiembre.

Ya en 2014, en instancia de debate oral, la fiscal Liliana Picazo reunió los elementos suficientes para acreditar la autoría material del hecho al panadero Bourscheid.

Para ello fue clave el aporte de Elga Handorf y Gladys Andrea Holzbach, vecinas del condenado y que fueron las testigos del allanamiento a su domicilio el 3 de octubre de 2012, donde se obtuvo la prueba clave de la causa contra el repartidor de pan, la zapatilla con sangre de Angélica. 

La sentencia fue leída a las 15.46 del lunes 17 de octubre tras más de siete horas de alegatos y deliberaciones en el salón de usos múltiples del Palacio de Justicia.

Para esclarecer la muerte de Angélica se necesitaron doce jornadas. La última fue abierta con el alegato de la fiscal Picazo, quien en dos horas desplegó las pruebas y testimonios colectados en la instrucción del expediente, en el desarrollo del debate, y en el material que ella misma confeccionó en los últimos días: dos infografías en vinilo, con detalles geográficos y técnicos sobre lo ocurrido hace poco más de dos años.

Nueva sospecha

En relación a la última causa que se le inició a Daniel Alberto B. (58) por supuestos abusos sexuales en perjuicio de una adolescente de 14 años de Puerto Rico, la novedad más reciente que se conoció fue el rechazo a un pedido de excarcelación presentado por el abogado del ex prefecturiano.

La solicitud fue oportunamente fue rechazada por el juez Rubén Lunge, quien por segunda vez en menos de diez años volvió a tener al hombre como sospechoso de una grave acusación y que en esta pesquisa interviene por subrogación al titular del juzgado de instrucción local, Manuel Balanda Gómez. 

De acuerdo a lo que se pudo saber, la poca predisposición que tuvo el ex uniformado tras conocerse la denuncia en su contra (estuvo prófugo de la Justicia durante un mes), sumado al riesgo de entorpecimiento de la investigación que podría generar su liberación,  fueron algunos de los puntos más importantes que se tuvieron en cuenta a la hora de tomar dicha determinación.

Estos puntos fueron casi coincidentes con el criterio del fiscal Héctor Simon, quien antes de que el magistrado disponga el revés judicial dio su opinión sobre los inconvenientes que podría generar una excarcelación para el hombre.

Por otro lado, los voceros consultados añadieron que resta que al juzgado sean remitidos los resultados de informes de un estudiosocioambiental y de una pericia psiquiátrica al acusado.

Además, en la continuidad de la instrucción del citado expediente, los investigadores aguardan que se incorporen más testimoniales importantes para la causa.

Durante su declaración indagatoria, Daniel Alberto B. (58) buscó defenderse de la fuerte acusación en su contra y negó haber atacado sexualmente a la denunciante.

Y se excusó al decir que la víctima era amiga de su hijastra y, que por ello, la denunciante en varias oportunidades se quedó a dormir en su departamento, aunque recalcó que nunca abusó de la muchacha. 

Por esta investigación aún resta que la víctima declare en entrevista en Cámara Gesell.