En pocas semanas se lanzarán las colecciones primavera-verano. Muchos comerciantes mayoristas comenzaron a contraerse a raíz de la situación económica y venden al por menor.
A pesar de que los costos del sector de indumentaria siguen corriendo unos diez puntos por encima de la inflación, y lo mismo los precios, las ventas hasta los primeros meses del año eran sostenidas.
El 2022 fue un muy buen año para el sector, coincidieron varias fuentes consultadas por Infobae que prefirieron mantener el anonimato, y este invierno también es, para varias firmas, una temporada aceptable.
Sin embargo, en promedio, el consumo de las marcas formales -muchas de las que están en los shoppings o en las principales avenidas porteñas- se derrumbó 10% en unidades en comparación con el invierno del año pasado, y la contracción alcanza al 20% a 30%, si se observa lo que sucedió en los sectores de mayor informalidad, como por ejemplo, la zona de Flores.
El barrio porteño es un destino obligado para quienes buscan indumentaria a un precio razonable, varias opciones y buena calidad. De hecho, la intersección de las calles Avenida Nazca y Avellaneda es de las más concurridas.
Hacia adelante, las expectativas son cada vez menos auspiciosas. Muchas marcas que están comenzando a vender la nueva colección de primavera-verano a nivel mayorista ya advierten que la demanda está floja y que los habituales compradores del interior se quedaron con un importante stock de invierno y con pocos recursos para enfrentar la nueva temporada.
Los precios, por otra parte, no cedieron, coincidieron las empresas consultadas por este medio. Los costos treparon 120% y los precios de las prendas de verano llegarán a las vidrieras con un aumento promedio de 110%, precisaron las fuentes.
Ventas en picada
Los empresarios proyectan que seguirá la desaceleración en las ventas de ropa, y mucho más en 2024, con nuevo gobierno y la necesidad de ajustar varios precios relativos.
“Se viene un semestre impredecible. A partir de las PASO, puede pasar cualquier cosa a nivel de consumo. La gente se puede retraer o no. Creo que van a ser meses complejos y la situación será desigual. Los márgenes no se van a poder sostener porque los costos aumentaron 120% como si nada y los precios no creo que puedan aumentar eso, en un contexto de absoluta incertidumbre”, señaló a Infobae un importante referente del sector.
En una de las marcas de mujer de segmento medio, con locales en shoppings, afirmaron que “se nota un consumidor más racional al momento de consumir, que elige muy bien la prenda antes de comprar y que espera la promoción”.
De hecho, no está creciendo la cantidad de unidades por ticket, explicaron. Sin embargo, en este caso pudieron superar las ventas en unidades del invierno 2022 (en un 5% por encima) porque “la marca invirtió mucho en abastecerse temprano de mucha mercadería”.
Actualmente, con el sale de hasta 40% la demanda se mueve más, pero “tampoco es un aluvión”, dijo el vocero de esta marca a Infobae.
En cuanto al verano, señaló que siempre que hay elecciones los obliga a ser más conservadores en las apuestas, aunque el Día de la Madre, que se celebrará el próximo domingo 15 de octubre, es una fecha clave para las marcas de mujer.
Los precios duplicarán o más los del año pasado, como viene sucediendo hasta ahora, porque “los costos han subido de una manera brutal, incluso por encima de la inflación. El producto importado, que es el que te permite bajar el costo promedio, está muy restringido, por lo que los costos suben”.
“La rentabilidad está por el piso”
“Después del Día del Padre, en junio, la venta se planchó y está 10% por debajo del año pasado. Se enfrió muchísimo la demanda mayorista y bastante de golpe”, dijo, por su parte, el dueño de un grupo que posee varias marcas.
En diálogo con Infobae, agregó que está presentando la nueva colección y cuando los clientes van a hacer las notas de pedido le comentan, preocupados, que tienen un stock enorme de invierno.
“La rentabilidad está por el piso. A los clientes mayoristas les tenemos que dar plazo de pago, descuentos. Y eso te va comiendo el margen”, manifestó el empresario.
En lo que respecta al mercado de niños, es uno de los que más está padeciendo la caída en las ventas. Se nota al ver reflejadas las extensas promociones que están haciendo las principales marcas desde hace ya un mes (2×1, 3×2, etc).
Consultada por Infobae una fuente del sector, afirmó que “los precios están muy castigados; hay mucha promoción porque está muy dura la venta”. En su caso, logró crecer 5% en unidades año contra año pero “sacrificando precio”.
“Sin resto”
Los precios de la colección de verano oscilan entre 110% y 120% por encima en términos interanuales y la decisión de la marca fue producir lo mismo que la temporada pasada, con la expectativa de que ante el escenario electoral, el Gobierno avanzaría con el plan “platita” para seguir impulsando el consumo. Pero esa teoría se desinfló. “Creo que no tienen resto para tirar a la calle. Sergio Massa está muy contra la pared”, remarcó el empresario de una marca líder de chicos.
Avellaneda
La fuerte suba de precio de la ropa de marca generó, desde el año pasado, una mayor tracción de público minorista hacia el barrio porteño de Flores en busca de oportunidades, en un contexto de constante pérdida del poder adquisitivo.
Algunas prendas se pueden conseguir hasta 50% más barato que en locales de shoppings, por ejemplo.
Lo que se conoce como “Avellaneda” comenzó a reconvertirse y hoy muchos locales ubicados sobre la tradicional avenida del barrio porteño de Flores venden al por menor, cuando históricamente esa zona estaba destinada a la compra mayorista. ¿Qué sucedió?
Además de contar con más público que va en busca de pocas prendas a precios más accesibles, las ventas al por mayor comenzaron a contraerse a raíz de la situación económica.
En diálogo, el presidente de la Cámara de Comerciantes de la Avenida Avellaneda y a su vez directivo de la Federación de Comercio e Industria (FECOBA), Emiliano Iglesias, dijo que “se registra una baja del 20% en la venta de invierno respecto de igual período de 2022 y se percibe más en la demanda mayorista. El cliente del interior que compraba 500 prendas, hoy compra la mitad. Por eso, al caer este negocio, muchos locales se están inclinando por la venta al por menor”.
El directivo también se mostró preocupado por la cantidad de manteros (vendedores callejeros) que ocupan las calles de la zona (unos 5.000) y que “compiten de forma desleal” con los locales del lugar.
Coincidió con esta lectura un empresario que tiene una marca de ropa para chicos sobre Avellaneda. Tuvo una merma de 20% en ventas, a pesar de que comenzó con la liquidación ni bien pasó el Día del Padre. “Me quería deshacer del stock”, dijo.
En cuanto al verano, precisó el industrial que está produciendo entre 20% y 30% menos que la temporada pasada por la alta competencia que existe en la zona y la incertidumbre electoral, que genera que el consumidor se retraiga.