Entre el martes y el miércoles declararía la víctima del ataque sufrido hace siete días en un departamento de Lavalle y Centenario, en Posadas.
Una semana determinante para el esclarecimiento de lo sucedido hace siete días en el barrio Tajamar de esta capital se inicia mañana en el Juzgado de Instrucción 7.
Hasta el momento, el silencio del sospechoso de violar e intentar ahorcar a una estudiante de criminalística y los primeros informes de la comisaría Segunda fueron incipientes para el intento de apuntalar la principal hipótesis de delitos cometidos, contra la integridad sexual y contra la vida de la joven de 21 años.
Un cable para cargar celulares, cintas plásticas para embalar, restos de papel y la acción violenta de un hombre, hasta el momento, son los elementos y sospechas en el expediente que instruye el juez Miguel Mattos.
Se le sumarían entre el martes y miércoles próximos las voces de testigos centrales. La principal y de mayor peso es la de la víctima que se recupera del shock en su salud mental que le provocó el episodio. Su relato podría definir u obtener un avance directo hacia cómo ingresó el atacante a su departamento.
En cuanto a si lo conocía o mantenía algún tipo de relación sentimental, en su relato a los policías que la entrevistaron pocas horas después del intento de femicidio, señaló que no existía vínculo ni conocimiento con antelación y que no sabía cómo entró a su vivienda.
Esta declaración no fue judicializada aún y fue tomada a modo de denuncia para colaborar con la investigación. Si la víctima es autorizada por el gabinete psicológico de la policía para declarar en sede judicial, esta primera versión podría ser ratificada.
De acuerdo a fuentes consultadas, lo que la joven pueda recordar y contar será determinante, especialmente si coincide con lo que aportarían los efectivos de la Unidad Regional I que intervinieron a las 5.10 del domingo pasado para salvarle la vida.
Con la misma valoración se esperan los testimonios de los vecinos que alertaron al Centro Integral de Operaciones 911 sobre los ruidos de forcejeo y gritos que se oyeron en el tercer piso del edificio de Lavalle y Centenario.
La expectativa también está puesta en el arribo de los informes solicitados a la Dirección Cibercrimen de la Policía provincial con los análisis a los dos teléfonos celulares secuestrados y una computadora portátil. La pericia puntual busca establecer si existió o no contacto previo entre víctima y victimario.
Registros de ADN
La labor de laboratorio es un proceso con plazos más laxos y en este caso apunta primero a los análisis de prendas de vestir del joven 26 años y estudiante universitario de Medicina en San Tomé, Corrientes. Si en sus prendas de vestir se hallan rastros biológicos de la víctima, la situación se agravaría.
Y mucho más sería de complicado su futuro si en las muestras tomadas de los genitales de la joven de 21 años se determina la presencia de su patrón genético.
Sobre las muestras tomadas de ADN al detenido no hay requerimiento de ningún otro juzgado penal para que se coteje con el rastro en base de datos genéticos de un presunto abusador o criminal sexual serial.
Sobre este punto, fuentes pertinentes aclararon que las versiones y trascendidos sobre la sospecha de haber atrapado al atacante serial del barrio El Palomar y otros puntos de la ciudad sólo contribuyeron a la confusión y alarma infundada.
Para los funcionarios del Juzgado de Instrucción 7 la pesquisa debe avanzar al esclarecimiento de este caso y hasta el momento ni la descripción física del aprehendido, ni la edad, vislumbran una posibilidad que afirme chance de haber descubierto al delincuente sexual serial.
Madrugada violenta
El hecho que se investiga, se inició durante la madrugada domingo pasado cuando efectivos del Comando Radioeléctrico Centro y de la comisaría Segunda arribaron al inmueble tras el alerta al 911 y reanimaron a la joven que hallaron inconsciente sobre una cama. Las maniobras de RCP le salvaron la vida.
Los uniformados que acudieron al procedimiento “código rojo” utilizado en casos de violencia familiar, de género y delitos contra la integridad sexual, sorprendieron al sospechoso en flagrancia y con la muchacha prácticamente sin signos vitales.
Cuando la policía arribó uno de los vecinos les facilitó el acceso hasta la puerta del departamento mencionado. Golpearon varias veces sin que nadie los atendiera. Probaron el picaporte y no estaba cerrada con llave.
Entraron y encontraron a un joven semidesnudo encima de la víctima. Sólo tenía puesta una remera (luego secuestrada para estudio de ADN). Lo apartaron y redujeron y desataron y quitaron la mordaza de cinta de embalaje y papel en la boca y fosas nasales de la víctima.
La víctima denotaba claramente signos de asfixia y tras chequear sus signos vitales bajos le realizaron el RCP (reanimación cardiopulmonar) y lograron que recobre el conocimiento y fuera llevada al Hospital Ramón Madariaga. Mientras esto sucedía, el sospechoso guardaba silencio, fue alojado en la comisaría Segunda y mantiene el misterio.
“Violador serial”
Ningún juzgado penal de la provincia solicitó informes sobre lo sucedido hace una semana para un cotejo del patrón de ADN del sospechoso con los registros que la Justicia posee sobre un atacante serial en Posadas.
Relato y expectativa
Será determinante el relato del ataque que judicialice la víctima. Según las fuentes consultadas la declaración de la joven se realizará el 14 o 15 próximos, si su evolución del shock traumático lo permite.