Unas 100 personas se movilizaron ayer luego del homicidio de Ariel Camargo de Lara. El cuerpo fue entregado a los familiares luego de la realización de la autopsia

Bernardo de Irigoyen se ve otra vez revolucionado. El crimen de  Ariel Camargo de Lara (19), a quien muchos habían buscado y difundido su imagen, enlutó a la sociedad, pero también volvió a revelar una violencia que no es propia de un pueblo misionero.

El año pasado, en mayo y noviembre, dos crímenes fueron cometidos con sello mafioso y a manos de sicarios y en ambos casos se investiga el trasfondo del contrabando de vino. Y sin bien por ahora no hay elementos para asociarlos con estos hechos, las circunstancias y elementos recolectados hasta el momento hacen pensar a los investigadores que “hay algo muy oscuro detrás”.

En una instrucción incipiente, el narcotráfico, por los antecedentes de algunos de los familiares del fallecido, aparece como una de las hipótesis de esta trama. De todas formas, nada será descartado y se avanzará sobre pistas  sólidas para tratar de llegar a todos los implicados.

Ayer unas cien personas marcharon desde el barrio Vista Alegre hasta el  Parque Turístico Ambiental de Integración por una de las avenidas principales de la localidad. Con remeras y carteles familiares y allegados pidieron el pronto esclarecimiento de su muerte.

“La marcha se hizo para pedir justicia por Ariel, pacíficamente, pero necesitamos que se esclarezca el crimen”, manifestó Sergio Lara, tío de la víctima, quien no descartó que en los próximos días vuelvan a repetir la medida si la investigación no avanza.

“Estamos en un momento complicado para la familia, doloroso, en los días que vienen vamos a ver cómo está la investigación, vamos a ir a la comisaría para saber cómo está el tema y en función de eso decidiremos cómo seguir”, puntualizó.

En tanto, desde el círculo más cercano de la víctima, manifestaron que no están en condiciones de dar declaraciones por el momento.

La autopsia realizada por el Cuerpo Médico Forense culminó poco después del mediodía, por lo que los restos del joven fueron entregados a sus familiares para la correspondiente inhumación.

Cómo sigue la causa

Según detallaron fuentes del caso, los primeros datos indican que el cuerpo estaba en un avanzado estado de descomposición, lo que complicaría establecer fehacientemente elementos como la data y causa de muerte y si la víctima tenía otras lesiones.

De todas formas, como informó ayer este medio, el médico policial detectó una herida de arma de fuego en el cráneo. Se espera que el informe preliminar sea incorporado al expediente del Juzgado de Instrucción Uno de San Pedro en la jornada de hoy.

Pero el tiempo transcurrido no sólo afectó el estado del cadáver, sino que también impide que se lleven a cabo pericias como la parafina, que detecta restos de pólvora en la mano.

En cuánto al detenido, Nicolás Eduardo Lara (18), podría ser trasladado con el sumario policial caratulado como “homicidio simple” en la jornada del lunes. Allí, designará abogado defensor, escuchará los elementos que hay en su contra y tendrá la posibilidad de dar su versión de los hechos o abstenerse de declarar. Esto último, como se sabe, no puede ser utilizado en su contra.

Si bien se dijo que el joven es familiar de la víctima y comparten el mismo apellido, esto ayer no había sido confirmado. 

Asimismo, en los días siguientes empezaran a comparecer los testigos del caso, muchos de los cuales ya aportaron sus testimonios cuando el hecho estaba siendo investigado como desaparición de persona. Entre ellos se encuentra un primo de la víctima, quien aparece en un video disparando armas de fuego en la ruta y en el que los presentes se refieren a Ariel como “el finado”.

Ese material era uno de los puntos sobre el cual los investigadores policiales y judiciales querían profundizar.

Respecto a las testimoniales, como se informó en la víspera, lo que abrió la pesquisa fueron las declaraciones de dos hermanas, una de ellas menor de edad. La joven dijo que el ahora detenido, que hace poco cumplió la mayoría de edad, le confesó que había asesinado a Ariel Camargo de Lara.

Al detalle, este le relató que junto a una persona de nombre Fabricio lo pasaron a buscar en un vehículo y bajo engaños lo llevaron a un lugar conocido como Cuatro Bocas. Allí le dijeron que una de las cubiertas había tenido un desperfecto y que se bajara a ver.

En esas circunstancias, y aprovechando que estaba de espaldas, este sacó un arma y lo disparó a traición.  Fue entonces cuando lo enterraron a la vera del camino.

Lo que resta por determinar es quién es la otra persona que estaba con él y en qué vehículo se movilizaban. Hay sospechas de que podría ser un brasileño que se refugió en su país, lo que dificultaría mucho más su búsqueda.

Por ahora las palabras de la joven son el elemento más fuerte en la investigación y si bien todo indica que no estuvo en la escena, lo que dijo hasta el momento fue corroborado con creces por los investigadores. Ayer, luego que se filtrara su aporte – se conoció mediante información oficial de la Policía de Misiones – se analizaba asignarle una custodia policial para resguardarla.

Como viene informando este medio, de acuerdo a los datos aportados por su familia, Ariel habría recibido una llamada alrededor de las 2.50 del último jueves 3 de febrero. Por ese motivo salió de su residencia para contestar el teléfono y desde entonces nadie más lo vio.

Luego de cinco días de búsqueda y gracias a ese aporte, el cuerpo fue encontrado en el Paraje San Roque, paralelo a la ruta nacional 101, en un sitio de difícil acceso. El cuerpo de De Lara estaba semienterrado y cubierto con ramas. El médico policial que lo revisó determinó que tenía avanzado estado de putrefacción “con orificio en el malar derecho y fractura de cráneo”.