La gripe y el Covid-19, los cambios de temperatura y las alergias también son desencadenantes del asma. Recomiendan eliminar el cigarrillo y control del cuadro.
Falta de aire, tos, silbidos al respirar, dolor u opresión del pecho, problemas para dormir, entre otros síntomas, son indicadores de un cuadro de el asma, una enfermedad crónica que afecta a las vías respiratorias. Esta enfermedad no se cura, pero puede haber períodos de tiempo que permanece asintomática. Esta condición dependerá de si se trata de un asma leve.
Los especialistas en enfermedades respiratorias insisten en que debe tenerse en cuenta los antecedentes, es decir, si una persona tuvo asma en la niñez, en algún momento de la vida puede ocurrir algo que desencadena los síntomas y el asma reaparece.
Entre los factores que inciden directamente en una crisis asmática se encuentra el frío, los cambios bruscos de temperatura, la exposición al polvo o al polen, a los olores fuertes como el combustible y los virus como el de la gripe y el consumo de cigarrillo.
En este sentido, Guillermo Rolón, referente del Programa Provincial de Control de Tabaco del Ministerio de Salud Pública de Misiones, enfatizó en que “el tabaquismo está dentro de lo que se considera un factor de riesgo, pero no sólo para el asma sino para toda la patología respiratoria en general. A eso hay que sumarles las enfermedades cardiovasculares, infartos, muertes por ACV, aparte de la patología oncológica y sobre todo de pulmón. Este año hacemos hincapié en el pulmón porque es un factor de riesgo asociado a la pandemia, así que el paciente que tiene Covid y es fumador tiene realmente un compromiso de riesgo, y el asma como proceso alérgico bronquial potencia el factor de riesgo de las enfermedades pulmonares”.
Cuando se es fumador, se aumenta el riesgo de hacer sufrir una crisis asmática también en los niños. “Los chiquitos que conviven con el fumador y encima son asmáticos tienen un potencial permanente de cuadros de crisis de asma, también de tener bronquiolitis o de tener otros tipos de enfermedades respiratorias, porque por más que los adultos vayan a fumar afuera, el humo del cigarrillo se impregna en el cuerpo y desencadena en el chico el cuadro de asma o de broncoespasmo”, explicó Rolón, que desde 2018 trabaja junto a un equipo de profesionales de la salud en el programa que contempla, entre otras estrategias, gabinetes de cesación tabáquica en diferentes municipios.
Se busca ayudar a los fumadores a encontrar la salida de esta adicción y mejorar su calidad de vida y de quienes lo rodean, ya que también hay que tener presente a “las víctimas inocentes o invisibles, que son las familias que tienen que estar cuidando a ese fumador que insume problemas emocionales y a veces de pérdida laboral, porque el cigarrillo tiene más de 7.000 sustancias que funcionan como tóxicas. La nicotina es la que más conocemos y se sabe que produce esa adicción química, pero están otros productos como el tolueno, el benceno, que con el tiempo van deteriorando los dientes, el pulmón, la microcirculación y va aumentando la toxicidad en todo el cuerpo, incapacitando al fumador”.
Hoy, en el Día Mundial sin Tabaco, la meta del Programa es acompañar a quienes decidan dejar de fumar y reivindicar la calidad de vida. Para consultas: cesaciontabaquicamisiones@gmail.com, llamar por teléfono al 0376-4447686 o dirigirse al Centro Monoclínico Manantial.
“Desde el mail se asesora personalmente a través de un manual de autoayuda que se da en forma digital y si quiere dejar de fumar buscamos la forma de conectarlo a uno de los doce consultorios de cesación tabáquica que están funcionando en toda la provincia. En Manantial se saca un turno y allí tienen un equipo -como todos los otros consultorios de cesación- que está integrado por un médico, nutricionista, psicólogos que hacen de complemento y ayuda”, explicó Rolón.
Una vez entablado el vínculo con el equipo de profesionales de la salud, se prepara al paciente y se lo acompaña durante ocho semanas con el equipo interdisciplinar y con los parches de nicotina para disminuir el síndrome de abstinencia. “En Misiones tenemos la experiencia de más de 500 personas que han dejado de fumar con el programa desde el 2018 y algunas lo han hecho antes de las ocho semanas”, destacó.
Control y monitoreo
“El asma puede ser hereditario y también existir una atopia, que es la que está relacionada con la alergia y, con respecto a eso, hay que controlar: el paciente debe hacer una consulta y hacer un diagnóstico correcto para saber si tiene asma y qué tipo de asma. Lo más importante es conocer su enfermedad y saber qué es lo que va a desencadenar una crisis y manejar el tratamiento. Un paciente que tiene diagnóstico de asma tiene que saber que debe hacer un tratamiento de control y ese es un tratamiento diario. Muchas veces no lo hacen porque se hacen el paf cuando tienen el ataque y hacer sólo eso está mal. Es importante aprender a detectar sus síntomas de empeoramiento, porque en ese momento ellos pueden aumentar la medicación, si es indicado por el médico, por eso siempre se trata de hacer un plan de acción con los pacientes asmáticos”, explicó la neumonóloga Susana Azcona, del Hospital Escuela Doctor Ramón Madariaga.
“Tienen que hacer ejercicios de respiración, justamente porque ayuda a ventilar el pulmón. Para eso se puede, además de ir al médico, consultar al kinesiólogo, hacer yoga por ejemplo, porque cuando hay una crisis el paciente tiene miedo y la misma ansiedad y nervios hacen que se cierren las vías aéreas alta, entonces en ese momentos es importante saber hacer un autocontrol con la respiración porque eso ayuda a relajarse”.
“El Covid puede comportarse de la misma manera, se vio que el asma con coronavirus puede manifestarse con una crisis y por eso invitamos a los pacientes que tengan las mismas precauciones que cuando tienen una gripe”, completó.