La cosecha comenzará a fines de septiembre y en medio de la recuperación tras las pérdidas por la sequía, los productores se encuentran nuevamente en alerta

A fines de septiembre y principios de octubre arranca la zafra gruesa de té y los colonos misioneros se encuentran en alerta ante lo que pudiera ocurrir con la producción, tanto por el lado del clima como con los precios de los insumos. Es que el sector ya viene de un año complicado, en el que se perdió gran parte de la cosecha debido a la extrema sequía que azotó a la provincia. No obstante, la variación entre el frío, el calor, la lluvia y el sol tampoco brinda demasiada certidumbre respecto a cómo prepararse para los próximos meses.

En tanto, si bien el té es un producto de exportación por excelencia, la suba del dólar complica la producción. Los insumos básicos, como el fertilizante, subieron al doble del precio y en muchos casos es vendido a los colonos sin precio fijado.

Todo ello se suma a otra variante que es justamente el precio del té, que deberá ser fijado antes del 31 de agosto. Según se adelantó, la reunión para tratar este tema sería el próximo 18 de este mes.

Sobre esto, el director de Yerba Mate y Té del Ministerio del Agro, Helmuth Kummritz, indicó que “según los climatólogos dicen que este año el clima será similar al año pasado, si es así será complicado. La cosecha depende del clima, en años normales hacemos 80 mil toneladas, el año pasado hicimos 65 nada más. La primera zafra anduvo bien y la última, la segunda solamente rindió un 50 por ciento y la tercera ni existió”.

En cuanto a insumos, Kummritz apuntó que “el precio del fertilizante se fue al doble, el año pasado una bolsa de fertilizante estaba 4 mil pesos y este año está 8 mil. Todo eso se va a tener en cuenta para fijar el precio. Los productores están preocupados por este tema”.

“Desde el Ministerio del Agro se dieron créditos por la sequía, a tasa cero de dos años, con fondo de la Provincia y Nación. La idea es poder recuperar algo y que sea mejor que el año pasado, pero dependemos mucho del clima también”, aseveró.

Producción y precios

Sobre toda la situación, uno de los productores mayoritarios de té en Misiones, Jonathan Klimiuk, explicó que “la última cosecha, con la sequía, tuvo un 30 por ciento bajo rendimiento. Si bien los teales entraron en buenas condiciones en invierno, el té necesita mucha humedad y clima tropical para que brote. Todo eso va a tener que verse para lo que es la próxima zafra. El pronóstico para el verano no es nada alentador, porque nuevamente se pronostica un verano seco y si no llueve, se complican los rendimientos”.

“Esto se profundiza más aún teniendo en cuenta el dólar planchado en relación al costo de los fertilizantes, porque muchos tealeros ya indicaron que no van a aplicar fertilizantes por los costos que tenemos, salen muy caros”, dijo.

De la misma manera, Roberto Swier, productor tealero de Leandro N. Alem, afirmó que “el año pasado se perdió la mitad de la cosecha y ahora vemos que está brotado el té, pero nos mantenemos en alerta porque si llega a venir una helada, va a lastimar la planta. Dependemos del clima”.

Además, puntualizó en que para tener una buena cosecha “el tiempo se debería mantener así, con buenas lluvias; ya el año pasado perdimos un montón, como mucho salimos empatados, si es que no perdimos plata”, 

En referencia a los precios de la actividad, Swier expresó que el sector “está en el aire” debido a la falta de costos puntuales. “En mi caso, la empresa para la cual cosecho me da por adelantado el fertilizante y luego yo pago con la cosecha, el tema es que no tenemos precios aún ni del té ni tampoco de los insumos, así que no sabemos cuánto vamos a sacar de cosecha y cuánto tendremos que pagar de fertilizantes”, explicó.

Al mismo tiempo, agregó: “El año pasado, el 50 por ciento de lo trabajado y cosechado se fue para pagar los fertilizantes. No entendemos cómo siendo el té uno de los productos más exportados, con un generador de ingreso de dólares, no pueda ser ayudado en ese sentido”.

Exportación

La producción de té argentino se vende en un 95 por ciento al exterior, por lo que el tipo de cambio es una variante más que relevante para el sector. En ese sentido, Klimiuk aseveró que en este momento están “cargando normalmente los contratos de la cosecha 2021-2022 que finalizó en mayo, y también organizando todo para el inicio de la nueva zafra.  Pero la verdad que muy preocupados porque el té está en la misma situación de las demás economías regionales del país, atravesando situaciones complejas por el tipo de cambio oficial que quedó muy bajo”.

“El té se liquida en 132 pesos la divisa que ingresa del exterior, eso hace que la inflación en dólares que tuvimos en energía, fertilizantes, fletes al puerto y más aún toda la situación de combustibles que se vive con el aumento, nos complique. La verdad que hoy hacemos costos para la nueva cosecha y nuevos precios y vemos que necesitamos urgente que se solucione este problema. Por eso estamos ansiosos por las nuevas medidas que pueda tomar el ministro de Economía (Sergio Massa) sobre el sector en general”, remarcó.

Al mismo tiempo, recordó que “los precios internacionales se mantienen, no podés trasladar la inflación argentina al exterior porque tenés mucha competencia de los otros mercados. Y nos preocupa eso, ver qué medidas puede tomar el gobierno para beneficiar al sector exportador, sobre todo las economías regionales que son motor de empleo”.

Mientras, Cristian Klingbeil, presidente de la Asociación de Productores Agrícolas de Misiones (Apam), manifestó que “la última cosecha se perdió mucho por la sequía, se habrán perdido como 100 millones de kilos de brotes de té en el último año y eso sumado a la devaluación en comparación con la inflación nos complica también, nuestros costos subieron mucho y el dólar para la exportación no permite que mejore el precio para acompañar la inflación”.

En cuanto al precio que se pedirá para el té en la mesa, dijo que “es imposible hacer un costo, antes teníamos como referencia el equivalente a 10 centavos de dólar, pero hoy no podemos hablar de ese monto. Antes de cosechar siempre hay una importante inversión, no sabemos aún si fertilizar o no, entonces hacemos la poda ahora, pero no se sabe si hacer el grueso de la inversión”.

“Hay productores complicados porque se hace difícil seguir en la actividad, se necesita un dólar diferenciado para las economías regionales, más cercano a los 200 pesos, que nos permita exportar, y eso aplica al té, a la yerba, el tabaco, los forestales, todos los que dependen de la exportación”, cerró.


Dudas sobre la continuidad

En relación a la situación, el productor Waldemar Lisneski, de Jardín América, sostuvo que aún no sabe si va a poder producir este año o no. “Hay muchos productores que están erradicando la plantación, yo soy uno de ellos, evalúo todavía si voy a arrancar con la zafra o no”, dijo. 

El jardinense a su vez contó que luego de la última sequía logró recuperarse con las lluvias que llegaron, pero lo económico es lo más complejo hoy en día. “Son muy malas las perspectivas para este año, no sé ni cuánto valdrá el té y hay comentarios que dicen que costará casi el mismo precio del año pasado”.

En relación a los productos que debe utilizar para cosechar, Lisneski acotó: “Los precios de los fertilizantes subieron de forma tremenda por el tema del dólar, no sé si invertir o no en fertilizantes y si no se utiliza el producto, no habrá buena cosecha y si no hay un precio fijo tampoco sé que se va a poder hacer”. Incluso, añadió: “Hay un ataque de ácaros que ahora hay que combatir y todos son costos que tiene el productor y hay que estar siempre atentos”.

Además, otra problemática que lo preocupa es el combustible. “Los precios están muy elevados y ahora que hay que preparar los tesales, hay que invertir y complica también la situación del combustible”.