El presidente de Haiti, Jovenel Moïse, fue asesinado este miércoles a tiros por un grupo de hombres armados que irrumpió en su residencia privada en el barrio de Pelerin de Puerto Príncipe.

Los atacantes también hirieron gravemente a la primera dama de Haití, Martine Moïse, por lo que se encontraba hospitalizada en estado delicado.

El hecho se produjo en horas de la madrugada y varios de los atacantes hablaban en español e inglés, cuando en Haití impera el francés y el creole local, explicó el célebre reportero del medio local Le Nouvelliste, Robenson Geffrard.

El primer ministro, Claude Joseph, y la Policía Nacional condenaron «este acto odioso, inhumano y bárbaro».

A su vez, llamaron a la población a la calma, mientras que garantizaron que la situación de seguridad en el país «está bajo el control» de la Policía y de las Fuerzas Armadas.

«Se toman todas las medidas para garantizar la continuidad del Estado y para proteger a la Nación«, indica un comunicado reproducido por el sitio RT.

«Esta mañana mismo, a la una de la mañana, 7 de julio, un grupo de personas no identificadas, que hablaban en español e inglés, asesinaron al presidente de la República. El presidente ha muerto a causa de sus heridas», declaró más tarde Joseph.

El asesinato se llevó a cabo dos meses antes de las elecciones presidenciales y legislativas convocadas para el próximo 26 de septiembre, unos comicios en los que Moïse no podía ser candidato.

El presidente asesinado había convocado para la misma fecha un referéndum para aprobar una nueva Constitución, un proyecto que no contaba con el apoyo de la oposición ni de la comunidad internacional.

Moïse había sido ungido presidente en febrero de 2.017, luego que su predecesor, Michel Martelly, presentara su renuncia al cargo.

La gestión de Moïse fue tormentosa, ya que enfrentó acusaciones de corrupción y fue desafiado por oleadas de protestas antigubernamentales, varias de las cuales se tornaron violentas.

Según el sitio Listín Diario, de la vecina República Dominicana, Haití atraviesa una grave crisis política desde mediados de 2018 y vivió su momento más grave el pasado 7 de febrero, fecha en la que Moïse denunció que la oposición, con el apoyo de jueces, tramaban un golpe de estado.

Además, la nación caribeña, una de las más pobres del mundo, atraviesa una honda crisis de seguridad, que se ha agravado en especial desde comienzos de junio por luchas territoriales entre las bandas armadas que se disputan el control de los barrios más pobres de Puerto Príncipe.

 Entre todos las catástrofes que padeció Haití en la historia se cuenta un terremoto, cuyos efectos, combinados con la pobreza extrema, llevó más miseria y desolación.