La Coalición Cívica no acompañará los pedidos de juicio político al presidente Alberto Fernández presentados por Juntos por el Cambio tras el escándalo de la fiesta de cumpleaños en Olivos. Su fundadora, Elisa Carrió, sintetizó los motivos con una frase: “Prefiero que no gobierne Cristina Kirchner”. El análisis alude a las consecuencias políticas que podría tener un proceso de esas características en el Congreso.


Hoy la oposición no cuenta con los votos necesarios para avanzar con la propuesta. Para dar vuelta ese escenario, necesita irremediablemente del acompañamiento de legisladores que responden a Cristina Kirchner. Por eso, “Lilita” teme que la jugada de los bloques que exigen explicaciones por el escándalo por las visitas a Olivos termine siendo funcional a los intereses políticos de la Vicepresidenta, cuya sociedad con el Presidente conserva idas y vueltas constantes.

“No tenemos que ser funcionales al enojo de Cristina, para que después de la derrota electoral lo culpe, lo haga renunciar y ella asuma la Presidencia, porque ahí sí vamos a estar en Rusia y en Venezuela; yo prefiero que no gobierne Cristina Kirchner”, aseguró Carrió en una entrevista.

La ex diputada, que este año no será candidata, aseguró además que ella no hace denuncias durante las campañas electorales porque pueden desvirtuar el foco de debate. En este contexto, puntualizó, la economía y la situación de los jóvenes que dejan el país desesperanzados con el futuro son los principales ejes de debate. Pese a que su nombre no figura en ninguna boleta, Carrió asumió un rol protagónico en la campaña, al lado de los candidatos promovidos por Horacio Rodríguez LarretaMaría Eugenia Vidal, en CABA, y Diego Santilli, en provincia de Buenos Aires.

El mundo político discute desde el viernes pasado los alcances del impacto de una foto que obligó al presidente Alberto Fernández a admitir en público que había participado de una fiesta de cumpleaños en la Quinta Presidencial de Olivos cuando los eventos sociales se encontraban prohibidos en el Área Metropolitana de Buenos Aires por la cuarentena de coronavirus.

La oposición reaccionó con denuncias penales y el pedido de juicio político. El oficialismo intentó desviar la atención del tema. El viernes, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, fue el primer funcionario en hablar de la cuestión. Luego de evaluar la fiesta como un “error”, evaluó: “Estos temas no le importan a la gente”. Un día más tarde, hizo otro diagnóstico: “Alberto no jodió a nadie”.

Con el objetivo de dejar atrás el escándalo y cerrar filas con sus socios políticos del Frente de Todos, Alberto Fernández irá mañana junto a Cristina Kirchner y Sergio Massa a Avellaneda, tierra de Jorge Ferraresi, ex intendente y actual integrante del gabinete nacional.