El producto desarrollado por la UNNE incluye frutilla, mango y extracto enriquecido en cannabidiol, para uso medicinal.

Investigadores de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) y el CONICET trabajan en el desarrollo un snack a base de pulpa de frutilla y mango con extracto enriquecido en cannabidiol (CBD), uno de los componentes con propiedades medicinales del Cannabis.

Para ello, se trabajará con plantas de Cannabis sativa producidas en la región. Se cuantificará el contenido en los principales cannabinoides, THC y CBD, y se extraerán los principios activos con solventes optimizando el proceso.

Posteriormente se enriquecerá el extracto de CBD, el cual será utilizado en la elaboración del snack, que tendrá el aspecto de hojuelas deshidratadas.

“La incorporación de extracto de Cannabis de alto CBD y bajo THC a un snack elaborado a base de mango o frutillas podría ser atractivo para las personas que requieren de este tipo de productos”, explicó la directora del proyecto, Sonia Sgroppo.

La investigadora explicó que tanto el mango criollo como la frutilla tienen un buen sabor y contenido de azúcares, pectinas y otros compuestos bioactivos, por lo que son apropiados para la elaboración de snacks dulces.

El mango criollo es un árbol silvestre que crece en toda la región NEA y tiene un alto contenido en azúcares y fibras, mientras que las frutillas son cultivadas en forma intensiva en Chaco y Corrientes. Incluso podrían aprovecharse los frutos que son descartados en el mercado en fresco por no reunir los requisitos de calidad para su venta.

Por su parte, la Cannabis sativa es una planta de fácil cultivo y con propiedades benéficas como antioxidante, antiinflamatoria y antimicrobiana, así como propiedades ansiolíticas, neuroprotectoras y anticonvulsivas, por lo que existe una creciente industria en el desarrollo de productos en base a ella, rebajando su contenido en THC y concentrando su CBD.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que los productos que contienen predominantemente CBD y no más del 0,2% de THC no representan un riesgo relevante para la salud pública, por lo que no deben estar bajo control internacional.

Actualmente la mayoría de las personas que consumen Cannabis por motivos medicinales lo hacen a través de la ingesta directa de los extractos. Por lo tanto, la posibilidad de ofrecerlo en forma de snacks representaría una nueva forma de consumo que además contaría con el control de su composición.

“El proyecto tiene como objetivo concreto el desarrollo de un alimento saludable que posibilite al mismo tiempo la ingesta de Cannabis con alto CBD y bajo o nulo THC, sin embargo creemos que la investigación posibilitará la generación de conocimiento sobre el Cannabis y contribuirá al surgimiento de nuevas líneas de investigación en la temática”, resaltó Sgroppo.

La legislación vigente en Argentina contempla el uso de productos a base de Cannabis para el tratamiento como coadyuvante en los casos de epilepsia refractaria y otras patologías.

“Es altamente probable que los estudios que se realicen o surjan a partir de esta propuesta impacten positivamente en la sociedad”, estiman los integrantes del proyecto de la UNNE y CONICET, ya que “el conocimiento adquirido con la ejecución del proyecto permitirá brindar acompañamiento y asesoramiento a las personas, asociaciones, instituciones autorizadas que actualmente están elaborando en forma artesanal los aceites medicinales, con el riesgo que implica la ausencia de control de proceso y parámetros de calidad”.

A pesar de que aún no hay legislación en el país al respecto, el desarrollo de un snack frutal a base de mango o frutilla adicionado con Cannabis con alto CBD puede ser atractivo para las personas que necesiten consumir productos de estas características, a la vez que podría representar una mejora en la economía regional una vez que se regule la actividad.

“Todavía son escasos los trabajos de investigación en nuestro país acerca de Cannabis sativa y su aplicación en alimentos, y en nuestra Universidad aún no hay grupos de trabajo que aborden esta problemática, por lo que resulta muy atractivo iniciar esta línea de trabajo”, reiteró la directora del proyecto.

Evaluó aún de mayor interés la propuesta al considerar la potencialidad que tiene de expandirse el empleo del Cannabis medicinal en los próximos años y el impacto que tendría en la economía y sociedad.