El periodista recordó la extensa investigación sobre la Ruta del dinero K. También, habló de la fastuosa jura de Sergio Massa, del rol de Alberto Fernández y de Gabriela Cerruti.
¿Qué es lo que estás esperando? ¿Que hable de Massa? Massa tiene 100 días. Ese es el tiempo que le dio Cristina. Va lento: todavía no designó a su viceministro, el especialista en macroeconomía. Todo está encadenado. Es difícil compatibilizar a La Cámpora con Sergio. Es difícil compatibilizar a Sergio con Cristina Kirchner. Ver a La Cámpora militando el ajuste causa gracia. Massa es la última apuesta de este Gobierno
Pero esta semana pasó algo mucho más importante. ¿Cómo? ¿Hay algo más importante que el bolsillo? Sí. Esta semana la Justicia, la misma Justicia que tantas veces nos decepcionó por venal, por oportunista, esta vez iluminó a la Argentina. Fue reparador escuchar al fiscal Luciani decir la verdad.
Es increíble el peso de la verdad, es libertador y ordenador, la Justicia tiene tres toneladas de pruebas. Tres toneladas, literal. Acá no hay lawfare, hay licitaciones, números concretos, obras de que Lázaro nunca hizo, falsificaciones, el operativo “Limpiar todo”, la complicidad de Máximo y la calificación sobre Cristina de jefa de una organización ilícita.
Este país hoy sería otro si Cristina hubiera estado presa desde hace años. No tendría que haber llegado a la vicepresidencia. Eso nos avergüenza como país. Finalmente, se abre la posibilidad de la verdad. Desde nuestro lugar costó muchas postergaciones, mucho trabajo, muchos desvelos.
Ya todos saben que en la asunción de Sergio Massa hubo más de 700 personas. Hubo sapo para todos los de La Cámpora. Y parece que estaban bien, porque se lo tragaron sin chistar. Lo más sorprendente fue el clima de fiesta que se vivió en el Museo del Bicentenario.
Era como un velorio mexicano: un muerto y un montón de gente festejando alrededor. En la asunción estaban entre otros muchos: Moria, Nito Artaza; faltaba el Papa con las plumas y era un teatro de revistas. Estuvieron también Scioli, Gabriela Cerruti, Filmus, Felipe Solá, Rossi. Si era la entrega de los Martín Fierro, estos son los que se sentaban en la mesa del fondo al lado del baño.
En su breve discurso antes de la asunción, Alberto le agradeció los servicios prestados a Scioli, Julián Domínguez y Batakis. También sobre el cierre del acto de asunción, así como en el boliche cuando te quieren rajar ponen los lentos, el periodista Juan Luis González compartió un video en donde se ve cuando un guardia entra para echar a la gente que quedaba en el salón del Bicentenario y en el megáfono puso la melodía de la película Titanic. Por lo menos no puso la melodía de los negros del cajón
Cristina le dio tiempo hasta el Mundial a Massa para que acomode la economía. ¿Por qué hasta el Mundial, Cristina? ¿Si Massa no la pega, lo reemplaza Scaloni? Massa lleva cuatro días en el cargo y ya actualizó el viejo refrán: uno conoce a su pareja en el divorcio. A sus hermanos en la herencia. A sus hijos en la vejez. Y al kirchnerismo cuando se acaba la guita.
El día anterior, durante la renuncia de Massa a la Cámara de Diputados, apareció un violinista tocando el himno en el Congreso. Si algo faltaba para convencernos de que estamos en el Titanic era el violinista tocando.
La presidencia de Diputados quedó en manos de la moderada Cecilia Moreau. Recordamos que es la que trabó el ingreso de Pfizer al país y la que dijo que querían los Glaciares. Pfizer ¡No pasarán!
La última vez que un presidente de Diputados renunció para asumir como ministro de Economía fue Pugliese y en su lugar asumió Leopoldo Moreau. Pugliese estuvo dos meses en el cargo, asumió apenas arrancó la hiper. Como antecedente no sería el mejor. Massa contó que antes de los anuncios se comunicó con el fondo.
“Kristalina, ¿Tajaí?”, pero no estaba Kristalina, y habló con un representante o un contestador, no quedó claro. Massa le aseguró que vamos a cumplir con los compromisos. Y que tiene el apoyo de Cristina, que le manda a Kicillif, pero que él hace como que lo escucha y no le da bola.
Tanto para la oposición como para el mercado, las medidas fueron insuficientes y tienen gusto a poco. O sea, para ellos vendría a ser como los platos de los restoranes de Palermo: cuando te los cuentan parecen muy lindos, pero después te cagás de hambre.
Cerutti quedó más desactivada que vibrador sin pila. Igual, tiene que seguir justificando el sueldo y el jueves la portavoza de nadie, salió a hablar de las nuevas medidas. Dijo que después de los anuncios de Massa, “se recuperó cierta sensación de estabilidad”. Era la sensación de inseguridad y ahora la sensación de estabilidad. El kirchnerismo es como la canción de Sandro: “Tengo un mundo de sensaciones”.
Alberto ahora se pega a Massa y dice que confía en su lealtad: hablan seguido por teléfono y se muestran juntos en actos.
El Gobierno compró bebidas para la Casa Rosada y Olivos por $9.767.842. El presidente se aseguró su favorito: la gaseosa de pomelo.
Esta semana empezaron los alegatos contra Cristina en la causa vialidad, y los argumentos del fiscal Diego Luciani fueron lapidarios. Los K viralizaron esta foto, diciendo que el que está en el medio entre Dietrich e Iguacel es el fiscal Luciani.
Ni parecido es. En realidad, se trata de Ricardo Stoddart, abogado de vialidad durante la gestión de Iguacel. Los K le pidieron a la producción de “Bienvenidos a Bordo” si no tenían a mano algún doble de Luciani. Así les ahorraban el trabajo de tener que armar una operación tan trucha.
El fiscal Diego Luciani mostró mensajes de José López a Máximo Kirchner para que decidiera sobre contratos para Lázaro Báez. Qué injustos fuimos con máximo: lo acusábamos de jugar a la play y él estaba jugando al “estanciero”.